La táctica del acusado era ponerse en contacto con niños de alrededor de 11 años mediante Fortnite, haciéndose pasar por un entrenador del juego para ganar su confianza.
Este martes, en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón, un hombre ha aceptado una condena de 12 años de prisión tras reconocer haber cometido abusos sexuales continuados a siete menores y haber producido pornografía infantil. El individuo, que se hacía pasar por entrenador del popular videojuego Fortnite, ha reconocido todos los cargos en una sesión en la que se ha leído la sentencia «in voce».
La Fiscalía había solicitado inicialmente penas que sumaban 87 años por diversos delitos, incluyendo siete delitos continuados de abuso sexual a menores, cinco delitos de elaboración de pornografía infantil, y otros delitos relacionados con la posesión y obtención de pornografía infantil. Sin embargo, tras un acuerdo de conformidad, se ha llegado a la pena de 12 años de prisión, considerando la reparación del daño, pues el acusado ya indemnizó a cada menor con 10.000 euros.
La estrategia del acusado consistía en contactar con niños de aproximadamente 11 años a través de Fortnite, presentándose como un entrenador del juego para ganarse su confianza.
Desde 2019 hasta 2022, según la acusación, este individuo habría abusado de su posición para mostrarles material pornográfico y proponerles videollamadas de contenido sexual. Además, en algunos casos, habría grabado estos encuentros, material que fue incautado durante registros en su domicilio en 2022.
El acuerdo de las partes también ha considerado la atenuante de reparación del daño y la aplicación del artículo 76 del Código Penal sobre la acumulación de penas. Este artículo permite que, en lugar de sumar todas las penas, se aplique la pena por el delito más grave en un múltiplo de tres, lo cual ha resultado en la condena de 12 años.
Además de la pena de prisión, el acusado deberá cumplir 32 años de alejamiento respecto a los menores y 8 años de libertad vigilada una vez cumplida la condena carcelaria. Según el abogado de la acusación, se ha asegurado la responsabilidad civil, que ya está consignada para ser entregada a las familias de las víctimas, cubriendo también los costos de tratamientos psicológicos necesarios para los menores afectados.
Es importante destacar que, aunque en los casos juzgados en Castellón no hubo contacto físico, el acusado tiene otras causas abiertas donde sí se produjo un encuentro en persona con menores, en ciudades como Madrid y Barcelona.