Arranca la XXVII Conferencia de Presidentes con pocas expectativas de lograr acuerdos

Arranca la XXVII Conferencia de Presidentes con pocas expectativas de lograr acuerdos

Carlos Mazón, propondrá en la reunión un Plan Nacional contra Inundaciones y un fondo extraordinario de financiación para agilizar la respuesta ante catástrofes.

 

Este viernes, los presidentes autonómicos y el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, se dan cita en la XXVII Conferencia de Presidentes, un encuentro que se celebra dos años y nueve meses después de la última cumbre. Aunque la reunión busca abordar cuestiones cruciales para el país, las expectativas de lograr acuerdos concretos son escasas.

El evento se desarrolla en un contexto de fuertes discrepancias entre los presidentes autonómicos del Partido Popular (PP) y los socialistas, particularmente en torno a la reforma de la financiación autonómica. Este debate se intensifica tras el reciente pacto alcanzado entre el PSC y ERC, y se espera que sea uno de los puntos de mayor tensión. Además, sobre la mesa estará el acuerdo migratorio que busca impulsar Canarias para distribuir a los menores inmigrantes no acompañados entre las comunidades autónomas.

Otros temas clave en la agenda: vivienda y sanidad

El encuentro también incluye otros asuntos de interés común. La vivienda, un tema que inicialmente el Gobierno de Sánchez quería centrar como prioridad de la cumbre, será abordado junto con la problemática del déficit de personal sanitario, una preocupación compartida por todas las regiones.

El president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, adelantó el jueves que aprovechará la reunión para proponer un Plan Nacional contra Inundaciones, que contemple todas las zonas de riesgo en España, además de un fondo extraordinario de financiación ante catástrofes que simplifique los trámites burocráticos. Estas propuestas buscan reforzar la respuesta a las emergencias climáticas que afectan a diversas comunidades.

Un nuevo equilibrio de fuerzas autonómicas

La Conferencia de Presidentes se celebra en un momento político particular: es la primera reunión formal tras la conformación de los nuevos ejecutivos autonómicos, resultado de las elecciones de 2023. Este cambio ha modificado el panorama político regional, con el PP liderando once comunidades, mientras que el PSOE gobierna en cuatro, el PNV en una y Coalición Canaria en otra.

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El encuentro también marcará el primer cara a cara entre Sánchez y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, desde marzo de 2022, cuando ambos coincidieron en la Conferencia de Presidentes de La Palma. En aquella ocasión, Ayuso asistió, pero decidió no participar en la posterior ronda de contactos que Sánchez organizó con los presidentes autonómicos.

Se espera que todos los presidentes acudan a Santander, salvo el de Melilla, que será representada por su vicepresidente primero, dado que Juan José Imbroda, el presidente de la ciudad autónoma, se encuentra ausente por motivos personales, según informaron fuentes locales.

Una agenda cargada de protocolo y críticas al formato

La jornada comenzará con una foto de familia y un encuentro con el rey Felipe VI, seguido de declaraciones institucionales por parte de Pedro Sánchez y la presidenta cántabra, María José Sáenz de Buruaga, antes de dar inicio al plenario.

El jefe del Ejecutivo estará acompañado por un importante equipo de ministros, entre ellos las tres vicepresidentas del Gobierno: María Jesús Montero, Yolanda Díaz y Sara Aagesen. También participarán el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres; la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez; la ministra de Sanidad, Mónica López; y la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Sáiz.

Sin embargo, varios presidentes autonómicos han expresado críticas al formato de la cumbre, señalando que temen que se convierta en una «cascada de discursos» que limite el debate productivo. Este tipo de estructura, según ellos, dificulta llegar a acuerdos reales y prácticos sobre los temas que más preocupan a los ciudadanos.

Con una agenda cargada de desafíos y tensiones, la XXVII Conferencia de Presidentes promete ser un espacio de diálogo, pero con pocas expectativas de resolver los desacuerdos más profundos entre el Gobierno central y los líderes autonómicos.