Prácticamente sin convocatoria, por iniciativa popular más bien, la cacerolada en protesta por la gestión de la crisis del virus de Wuhan que se celebra todos los días, a las 21 horas, en la Plaza de María Agustina, cuenta cada vez con más participantes.
Los vecinos muestran su indignación por desconocer los motivos reales y los criterios objetivos que se han seguido para un confinamiento de más de 60 días, y piden transparencia en el “plan de desconfinamiento”.
El enfado de los vecinos subió ayer de tono al conocerse la noticia de que la Generalitat Valenciana renuncia a pedir el pase a la Fase 2.
La protesta sigue siendo ejemplar en cuanto al mantenimiento de las normas de protección marcadas y por el orden con que se hace.