El lateral trabaja a contrarreloj para llegar a tiempo a una cita que el club considera prioritaria.
Con el Mundial de Clubes 2025 en el punto de mira, y el Real Madrid encabezando las previsiones en la principal casa de apuestas, el regreso de Dani Carvajal se antoja estratégico. El lateral trabaja a contrarreloj para llegar a tiempo a una cita que el club considera prioritaria. Mientras en los despachos suenan nombres como el de Alexander-Arnold para reforzar el puesto, Carvajal se mantiene en su línea: competir sin ruido y demostrar en cada entrenamiento que sigue siendo una opción fiable.
El camino de un veterano con hambre
Tras caer lesionado de gravedad en octubre, con una rotura del ligamento cruzado, una afectación en el colateral externo y daños en el tendón poplíteo, el panorama pintaba oscuro. Era, sin duda, una lesión de las que invitan a parar y repensarlo todo. Pero Dani, como ha demostrado una y otra vez, no funciona a ritmo de lamentos. Ni siquiera a los 33 años y con el cuerpo ya acostumbrado a dolores que no salen en la televisión.
Lejos de los focos, en los entrenamientos a puerta cerrada de Valdebebas, ha construido su regreso paso a paso. Él mismo lo dijo frente a los micrófonos de El Chiringuito: paciencia, trabajo duro y la esperanza de volver bien, no simplemente volver por volver. Y mientras todo eso pasa en los entrenamientos a puerta cerrada de Valdebebas, el club y su gente miran el calendario con la misma ilusión que él.
La sombra de los fichajes no eclipsa su ambición
La posibilidad de que llegue un fichaje estrella para ese mismo puesto no le quita el sueño. Puede que en otro momento de su carrera sí, pero ahora lo que importa es estar bien, sentirse competitivo y poder mirar de frente a cualquier compañero, veterano o recién llegado, con la certeza de que si juega, no es por nombre sino por mérito.
Y no es un capricho ni una decisión nostálgica por parte del club. La defensa ha tenido bajas importantes durante la temporada y la vuelta de un Carvajal fiable, aunque sea para un tramo corto, se ve más como una necesidad que como una opción secundaria.
Una cuenta atrás teñida de blanco
Con el calendario apretando y el torneo previsto para el 15 de junio en Estados Unidos, los tiempos comienzan a jugar su propio partido. A pesar de la prudencia del cuerpo médico, Carvajal ya se deja ver en el césped, tocando balón y entrenando con creciente intensidad.
Y esa ilusión no es únicamente suya. Dentro del vestuario se percibe la importancia de tenerlo de nuevo entre los disponibles. Aunque no esté aún al cien por cien, su presencia aporta calma, concentración y ese conocimiento del juego que, en los momentos clave, puede marcar la diferencia. No es casual que los análisis previos al torneo, tanto deportivos como de apuestas fútbol, ya empiecen a considerar el factor emocional y táctico que Carvajal podría aportar.
Lo que viene no se regala
Mientras tacha días en el calendario y suma minutos sobre el césped, Carvajal sigue mirando al Mundial de Clubes como algo más que un torneo internacional: lo ve como una oportunidad de cerrar el círculo.
Y aunque nadie puede asegurar si jugará o no, lo cierto es que Carvajal, en su versión más humana y luchadora, ya ganó otra vez. Porque querer volver cuando el cuerpo te pide parar ya es, en sí mismo, una victoria.
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