La presentación del primer huerto urbano accesible de la provincia también ha contado con la actuación de los alumnos del CEIP Carles Selma.
La alcaldesa de Castellón, Begoña Carrasco, junto con el concejal de Medio Ambiente, Cristian Ramírez, el concejal de Empleo, Juan Carlos Redondo, la concejal de Bienestar Social, Maica Hurtado, el presidente de COCEMFE Castellón, Ximo Nebot, y el director Samuel Miralles, han presentado hoy el primer huerto urbano accesible de la provincia, situado en el barrio de San Lorenzo de Castellón.
El evento, que ha marcado un hito en la ciudad, ha contado también con la presencia de los alumnos del CEIP Carles Selma, quienes han realizado una actuación musical en directo como obertura para la presentación de este proyecto sostenible. En la ceremonia también estuvieron presentes Elsa González, vicerrectora de la Universitat Jaume I, María de la Fuente Esteve, directora territorial de Educación y Universidades, Charo Tena, jefa de servicio territorial de formación de Labora, así como representantes de diversas asociaciones como Terra i Dona, Cáritas, Afanias, Cruz Roja, Afdem, la Fundación Secretariado Gitano, la Asociación Gitana, el Ateneu, la Asociación de Vecinos de San Lorenzo, la Asociación de Pensionistas, e integrantes de la Taula de San Lorenzo.
La alcaldesa Begoña Carrasco destacó que “hoy damos un paso más hacia un Castellón más accesible, más inclusivo y más integrador y, en definitiva, un Castellón de todos y para todos. Desde que llegamos al Ayuntamiento hemos dejado patente nuestro compromiso con los castellonenses de transformar la ciudad para hacerla más accesible e inclusiva, porque no queremos dejar a nadie atrás”. La primera edil subrayó la importancia de este proyecto y puso en valor el trabajo coordinado entre las áreas de Medio Ambiente, Empleo y Bienestar Social.
Carrasco también destacó el compromiso del gobierno municipal con la inclusión social, recordando que “precisamente ayer presentamos los presupuestos de 2025 que contemplan 11,8 millones en el área de Bienestar Social, pensando en atender las necesidades que hagan de nuestra ciudad una capital más solidaria e inclusiva”.
Por su parte, el presidente de COCEMFE Castellón, Ximo Nebot, expresó su satisfacción por el proyecto, afirmando que «este proyecto dignifica a las personas con discapacidad, mejorando la autoestima, haciendo partícipe de que una actividad como la agricultura, cuando se es accesible y está adaptado, no existen barreras o limitaciones. Para las personas con discapacidad, cuando comprueban que el esfuerzo y el trabajo, da sus frutos, y estos son positivos, no hay mejor terapia para sentirse bien, consigo mismo, demostrando sus capacidades en la sociedad. Cultivando inclusión, comunidad y capacidad».
En el evento también se trató otro importante tema: la Primera Ordenanza Municipal de Huertos Urbanos, una iniciativa que será presentada en 2025, según avanzó la alcaldesa. “En 2025 Castellón tendrá la primera ordenanza municipal para regular el uso de los huertos urbanos de la ciudad”, señaló Carrasco. Esta normativa tiene como objetivo unificar criterios y garantizar que todos los huertos urbanos de los diferentes distritos de la ciudad se rijan por las mismas reglas, que han sido diseñadas de manera participativa con la ciudadanía.
La alcaldesa también hizo referencia al trabajo que se está realizando desde la concejalía de Medio Ambiente, destacando que el proyecto ha sido desarrollado en colaboración con la Agencia de Desarrollo Local-CastellóCREA.
Gracias, especialmente a los alumnos de los Talleres de Empleo del Centro de Formación Tetuán XIV. Gracias por haber realizado las tres mesas de cultivo, con capacidad, entre las tres, para que puedan trabajar 12 personas, atendiendo así a las necesidades que les han trasladado por parte de los miembros de COCEMFE.
Explicó.
Además, la alcaldesa resaltó la formación recibida por los alumnos en soldadura, recordando que “se trata de los alumnos de la formación de soldadura, que por cierto, fueron los creadores de los rastrillos de hierro galvanizado, que ellos mismos diseñaron para achicar el agua en las calles de los municipios afectados por las consecuencias de la DANA en Valencia. Rastrillos que fueron utilizados por voluntarios desplazados desde Castellón para ayudar en poblaciones como Aldaia o Algemesí”.