El domingo 4 de mayo Castellón celebrará el día grande en honor a su patrona, coincidiendo con el 101º aniversario de su Coronación pontificia y canónica.
La ciudad de Castellón ha dado comienzo a las fiestas patronales en honor a su patrona, la Mare de Déu del Lledó, con el solemne traslado de su imagen desde la Basílica del Lledó hasta la Concatedral de Santa María. Este acto, enmarcado en el III Año Mariano del Lledó y el Año Jubilar, ha congregado a cientos de fieles y ha estado presidido por la alcaldesa, Begoña Carrasco, junto al obispo de la Diócesis Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, y otras autoridades civiles y eclesiásticas.
Un mensaje de fortaleza y esperanza
En su discurso durante la recepción en la Capilla de la Sangre, la alcaldesa destacó el profundo fervor que Castellón profesa a su patrona, a quien describió como “faro y guía de nuestro pueblo”. Citando al Papa Francisco, Carrasco apeló a la fortaleza frente a las adversidades: “Aprendamos de la Virgen esta forma de reaccionar: Hay que levantarse, sobre todo cuando las dificultades amenazan con aplastarnos”. En un gesto de solidaridad, también pidió a la Mare de Déu del Lledó amparo para los afectados por la reciente DANA en la Comunidad Valenciana, recordando a los “hermanos valencianos” en un momento de dificultad.
La alcaldesa subrayó la importancia histórica y espiritual de la Virgen, cuya presencia en la Basílica del Lledó ha sido un símbolo de consuelo y fuerza para la ciudad durante ocho siglos. Asimismo, reconoció el papel fundamental de la Real Cofradía del Lledó, encargada de organizar los actos conmemorativos, describiéndola como “guardiana con amor filial” de la patrona.
El traslado: una jornada de tradición y devoción
La jornada comenzó a las 11:00 con la “dansá popular” en la Plaza Mayor, organizada con la colaboración de la Federació de Grups Folklòrics de Castelló, un evento que llenó de color y música el corazón de la ciudad. A las 12:30, el volteo de campanas en el Fadrí anunció el inicio oficial del triduo en honor a la Virgen.
El traslado de la imagen comenzó a las 15:30, cuando los miembros de la Real Cofradía trasladaron la imagen de la Mare de Déu desde el camarín y el altar mayor de la Basílica del Lledó. El desfile procesional, encabezado por la colla de dolçainers, recorrió las calles de Castellón hasta la Capilla de la Sangre, donde fue recibida por la alcaldesa, el obispo y otras autoridades, entre las que se encontraban la concejala de Ermitas, Noelia Selma, y el concejal Vicent Sales, miembro de la Real Cofradía. También participaron las Reinas de las Fiestas, la presidenta de la Junta de Camareras, Lidón Querol, el Perot Juan José Porcar y el Clavario, Manuel Lumbreras.
Tras la recepción, la procesión continuó por la calle Mayor y Arcipreste Balaguer hasta llegar a la Plaza Mayor, donde la imagen fue entronizada en el altar mayor de la Concatedral de Santa María. El acto culminó con el rezo del rosario y una eucaristía oficiada por el obispo López Llorente, en un ambiente de profunda devoción.
Hacia el día grande en honor a la Mare de Déu del Lledó en Castellón
El triduo continuará hasta el domingo 4 de mayo, cuando se celebrará el día grande en honor a la Mare de Déu del Lledó, coincidiendo con el 101 aniversario de su Coronación Pontificia y Canónica. La jornada comenzará con el “volteo al alba” de las campanas del Fadrí, seguido de la misa de comunión y la misa estacional. Por la tarde, tras el rosario y la Sabatina, tendrá lugar la procesión de retorno de la Virgen desde la Concatedral hasta la Basílica del Lledó.
Contexto histórico y cultural
La devoción a la Mare de Déu del Lledó, patrona de Castellón, se remonta al siglo XIV, cuando, según la tradición, un labrador encontró una pequeña imagen de la Virgen en un lledoner (almez). Desde entonces, la Basílica del Lledó ha sido el epicentro de esta devoción, que se vio reforzada en 1924 con la coronación canónica de la Virgen. El III Año Mariano y el Año Jubilar de 2025 conmemoran esta rica historia, consolidando la importancia de la Mare de Déu como símbolo de identidad para los castellonenses.
Las fiestas patronales no solo son un momento de celebración religiosa, sino también una oportunidad para reforzar los lazos comunitarios y destacar el patrimonio cultural de la ciudad.
La Real Cofradía del Lledó, fundada en 1922, desempeña un papel central en la organización de estos eventos, asegurando que las tradiciones se mantengan vivas para las nuevas generaciones.
Un faro para Castellón
La Mare de Déu del Lledó, como destacó la alcaldesa, sigue siendo un faro de esperanza y un punto de encuentro para los habitantes de Castellón. Las fiestas patronales, que culminarán el próximo domingo, no solo honran esta tradición centenaria, sino que también refuerzan el sentido de comunidad y la resiliencia de una ciudad que, año tras año, se reúne a los pies de su patrona.
