Las investigaciones revelan que "las implicadas" llevan años cometiendo estos delitos, con un reparto de roles que les ha permitido obtener grandes beneficios.
En las últimas semanas, los agentes del Grupo de Patrimonio de la Comisaría de Policía Nacional de Castellón han intensificado su trabajo en la lucha contra los delitos de hurto cometidos por grupos organizados. Uno de los casos más recientes ha sido un operativo contra un clan familiar especializado en la comisión de hurtos en grandes superficies comerciales. «Este grupo operaba de manera concertada y con un claro reparto de papeles en su actividad delictiva».
Conforme explica la Policía Nacional, la «organización criminal» se especializa en la comisión sistemática y planificada de hurtos en establecimientos comerciales. Las integrantes de este clan están bien conocidas por su experiencia en este tipo de delitos, ya que todas las personas identificadas tienen antecedentes penales previos por haber sido detenidas por hechos similares en la provincia de Castellón.
Gracias a una exhaustiva investigación, los agentes han logrado desvelar el modus operandi del clan, el cual resultó ser muy eficaz para sustraer una gran cantidad de productos en los establecimientos en los que operaban. El procedimiento era simple pero efectivo: las integrantes del grupo accedían al establecimiento por separado, con el fin de evitar levantar sospechas entre los empleados. En todo momento, se desplazaban por el local como si no se conocieran entre sí. Luego, se reunían en un pasillo apartado para ocultar entre sus prendas de ropa los productos que tenían intención de robar.
A la hora de consumar el hurto, cada miembro del clan tenía un papel bien definido: algunas se encargaban de distraer a los empleados, mientras que otras eran las responsables de la sustracción de los productos, los cuales pasaban por una línea de cajas cerrada al público.
Gracias a este sistema de actuación, el clan logró sustraer, durante el pasado mes de diciembre, en pleno periodo de la campaña navideña, productos valorados en más de 850 euros en un corto período de tiempo, todo esto mientras el establecimiento se encontraba lleno de clientes y abierto al público.
