La Coordinadora ha presentado mociones en los ayuntamientos para revindicar el poder de decisión en el caso de la implantación de instalaciones de renovables.
El Plan Nacional de Energía y Clima del Gobierno de España define los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, de penetración de energías renovables y de eficiencia energética que debe implementarse hasta el 2030. Las Comunidades Autónomas, entre ellas la Valenciana, han actualizado su normativa autonómica para desarrollar el citado plan; en nuestro caso, con el Decreto Ley 14/20202 y con el Decreto Ley 1/2022.
Tanto el plan nacional como los decretos autonómicos limitan totalmente la capacidad de decisión de los ayuntamientos para poder decidir los lugares y tamaños más adecuados para las instalaciones de renovables en sus respectivos municipios, rayando la inconstitucionalidad por saltarse las normas urbanísticas municipales.
Multinacionales y fondos de inversión extranjeros, ante la posibilidad de hacer negocio, han desembarcado en la mayoría de las comarcas del interior planteando sus instalaciones contando con la facilidad que permiten nuestra normativas, incluyendo, tal como se ha comentado, pasar por encima de los ayuntamientos, poder poner instalaciones en espacios protegidos y acceder a la declaración de interés comunitario, que puede acarrear la expropiación de los terrenos necesarios para las instalaciones, en algunos casos, transformando zonas agrícolas en plena producción.
Nuestra petición a los plenarios de los ayuntamientos plantea la derogación de aquellos artículos de nuestros decretos autonómicos que no permiten que sean los ayuntamientos los que puedan decidir sobre las instalaciones de renovables en los municipios. Sorprendentemente, en algunos municipios estas mociones han caído, ante la dejadez de algunos Ayuntamientos a la hora de defender su autonomía y su territorio. Es el caso del Ayuntamiento de les Coves de Vinromà, en la Plana Alta, donde la agrupación independiente que gobierna con mayoría absoluta, votó en contra de la moción presentada por el PSOE y el PP.
La postura del equipo de gobierno, es aún más sorprendente en un municipio amenazado por la instalación de una de las mayores plantas fotovoltaicas de la Comunidad Valenciana.
También que se cumpla lo antes posible el “Acuerdo parlamentario de los grupos parlamentarios del Botànic sobre energía”, pacto que, en su redacción y en nuestra opinión, es contradictorio con los decretos autonómicos, pues en ese Acuerdo, firmado el pasado mayo, entre otros puntos se reivindica lo que la Coordinadora lleva tiempo demandando:
El establecimiento de mecanismos que permitan a los municipios participar en la planificación i ordenación de la implantación de energías renovables en el su término
El Decreto Ley 14/2020 plantea que hasta el 2030 nuestra Comunidad debe instalar 6000 Mw de fotovoltaica y 4000 Mw de eólica. Desde la Coordinadora siempre hemos pedido que se nos diga cuánta energía se puede conseguir con autoconsumo, comunidades energéticas e instalaciones en zonas degradada; después, el resto, hasta llegar a los 10000 Mw, se debería negociar con los territorios para asegurar el objetivo del 2030. Desgraciadamente el proceso hasta ahora ha sido al revés: tenemos las comarcas del interior llenas de peticiones de proyectos, en algunos casos con necesidad de grandes extensiones de terreno.
Los ciudadanos queremos pagar el mínimo posible por la energía que consumimos en nuestros hogares, para ello sólo hay dos soluciones, el autoconsumo individual o colectivo, que necesariamente lleva consigo tener que invertir capital, y las Comunidades Energéticas Locales con participación municipal, que permitirán a los ayuntamientos empezar a ofrecer a sus ciudadanos una energía más barata o dedicada a las personas más vulnerables. Este debería ser el primer objetivo de nuestras autoridades, ya que la electricidad de las macro plantas no será la que abarate el recibo de la luz.