El Col·legi reconoce a Roser Talamantes por su más de tres décadas en los Servicios Sociales de la Vall d’Uixó y su labor como docente y formadora de futuras generaciones.
Para cambiar algo hay que conocerlo previamente. Mi afán ha sido formarme por el propio mérito de la formación, buscando la excelencia para la intervención desde el Trabajo Social; es necesario crear las condiciones para producir y difundir conocimiento científico, dotar a la profesión de evidencias científicas que redunden en la intervención social de las y los trabajadores sociales. Tenemos que apostar por la Ciencia del Trabajo Social.
Esta es la filosofía que ha guiado la carrera profesional de la trabajadora social Roser Talamantes Segarra (la Vall d’Uixó, 1961), quien será galardonada con el VII Premi Provincial de Treball Social 2025 por el Col·legi Oficial de Treball Social de Castelló, distinción que recibirá durante el acto institucional programado para el próximo miércoles 12 de marzo, en conmemoración del Día Mundial del Trabajo Social.
Talamantes, funcionaria en el ayuntamiento de la Vall d’Uixó, acumula 31 años de dedicación en los Servicios Sociales de Atención Primaria Básica. Además, desde hace diez años ejerce como docente en el grado de Trabajo Social de la Universitat de València. Posee un Máster en Bienestar Social por la UV y otro en Paz y Ecología: Nuevos Perfiles Laborales para las Mujeres por la Jaume I de Castelló, lo que respalda su constante impulso hacia la formación continua. En el campo de la investigación, se ha especializado en ‘Métodos en Trabajo Social’ y ‘Dependencia y envejecimiento’. Es coautora de diversas publicaciones, incluida el libro El Trabajo Social y su Acción Profesional (Nau Llibres, 2020), utilizado como manual en la asignatura ‘Métodos del Trabajo Social: individual, familiar y comunitario’ del Grado de Trabajo Social de la Universitat de València.
La presidenta del COTS Castelló, María José Pérez, destaca a Talamantes como una profesional “de referencia”, por representar “los valores del Trabajo Social” y abordarlos “desde todos los frentes”, tales como “su rigor metodológico y científico, la generación de conocimiento desde la investigación, su apuesta por la formación de futuras profesionales, su defensa de la ética y su lucha desde las alianzas que propicia la colegiatura, de la que es altavoz”. Además, recuerda que fue vicepresidenta del Col·legi bajo la presidencia de Amparo Vilar, durante la transición a la actual sede colegial en 2001.
Por su parte, Talamantes expresa su emoción al recibir este reconocimiento: “Es un honor que el Col·legi, y la profesión, hayan valorado que soy merecedora de este premio. Cuando me lo comunicó María José fue un momento muy emotivo, como un reset de toda mi trayectoria”. En su reflexión sobre su carrera, no olvida una fecha clave: el 1 de marzo de 1994, cuando comenzó a trabajar en los Servicios Sociales del ayuntamiento de la Vall d’Uixó. A lo largo de su carrera, ha asumido diferentes responsabilidades, como la dirección de la residencia municipal de personas mayores de la Vall d’Uixó, donde aportó su visión del trabajo social desde una perspectiva “grupal y comunitaria”. Con la colaboración de otros profesionales y las familias, implementó proyectos como talleres para tratar temas olvidados en muchos centros de mayores, como la muerte y la sexualidad.
En 2015, dio el salto a la universidad como profesora asociada en el Grado de Trabajo Social de la UV, alentada por las estudiantes en prácticas del ayuntamiento y con el objetivo de transmitir su experiencia profesional y su formación académica. Para Talamantes, este fue un cambio significativo, ya que le permitió involucrarse en el mundo de la excelencia académica y transmitir la importancia de los principios éticos y de la colegiación dentro de la profesión. “La colegiación supone visibilizar el Trabajo Social como profesión en el escenario de las demás profesiones”, subraya.
En cuanto a la labor diaria de los trabajadores sociales, Talamantes destaca la capacidad del trabajo social para integrarse en equipos multidisciplinarios: “Las trabajadoras somos muy facilitadoras para otras profesiones; los casos entran muchas veces a través del Trabajo Social, y por ello tenemos el potencial, y la responsabilidad, de coordinarnos con otros profesionales, de la medicina o la psicología, por ejemplo”. Finalmente, hace un llamado a la investigación en la profesión, sugiriendo que contar con herramientas científicas para la intervención permitiría que los diagnósticos y prescripciones del Trabajo Social tuviesen el mismo reconocimiento que los de otras disciplinas.
“Contar con esas herramientas permitiría al Trabajo Social que los diagnósticos, prescripciones y la propia intervención de sus profesionales tuvieran el mismo reconocimiento, valoración y peso que los de otras profesiones”, concluye.