Descubren restos de falsificación y piratería en las Islas Columbretes

Descubren restos de falsificación y piratería en las Islas Columbretes

El hallazgo, que se ha revelado ahora, ocurrió el año pasado durante tareas de limpieza y mantenimiento.

 

La Generalitat ha descubierto en las Islas Columbretes un conjunto de más de treinta monedas sin acuñar que podrían pertenecer a un antiguo taller de falsificación activo hacia finales del siglo XVII. Así lo ha dado a conocer el secretario autonómico de Medio Ambiente y Territorio, Raúl Mérida, quien subrayó que este hallazgo “apoya la hipótesis de una posible actividad pirata en la isla”.

Aunque ya existían referencias a este enclave en textos de la Grecia clásica, no se tiene constancia de asentamientos humanos permanentes hasta el siglo XIX, cuando se levantó el faro.

El descubrimiento, que se ha dado a conocer ahora, tuvo lugar el pasado año, durante unos trabajos de limpieza y mantenimiento en los antiguos sistemas de canalización construidos para recoger agua de lluvia y almacenarla en un aljibe. Fue entonces cuando uno de los trabajadores de la brigada de la reserva natural, con conocimientos en numismática y arqueología, se percató de un pequeño fragmento metálico de color verdoso. Gracias a su experiencia, identificó que se trataba de bronce o cobre y que había sido cortado con una cizalla.

A medida que continuó inspeccionando la zona, encontró más fragmentos similares, conocidos como retales y barritas de bronce, algunos tan diminutos que apenas medían unos milímetros. Finalmente, dio con un cospel, que es el disco metálico aún sin acuñar donde se imprime el diseño de una moneda. La búsqueda concluyó con la localización de más de treinta de estos cospeles, todos ellos reunidos en un área específica, justo al lado de la explanada próxima al cementerio.

El hallazgo, que se ha revelado ahora, ocurrió el año pasado durante tareas de limpieza y mantenimiento.

Verificación arqueológica

El hallazgo fue comunicado al Museo de Bellas Artes de Castellón, donde el arqueólogo Arturo Oliver Foix confirmó la autenticidad de los objetos encontrados. Según su valoración, es probable que estos restos correspondan a un taller de falsificación de moneda operante entre los siglos XVI y XVII.

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Posteriormente, las piezas fueron analizadas por la Universitat de València, que corroboró que, a pesar de no presentar huellas de haber sido acuñadas, estaban claramente preparadas para ello. Los investigadores consideran que, aunque la información aportada por los objetos es limitada, es suficiente para reforzar la teoría de que en Columbretes pudo existir una base utilizada para falsificar moneda hacia finales del siglo XVII.

El hallazgo, que se ha revelado ahora, ocurrió el año pasado durante tareas de limpieza y mantenimiento.

Una joya natural y protegida

Raúl Mérida también recordó que las Islas Columbretes fueron declaradas parque natural el 25 de enero de 1988. Este pequeño archipiélago de origen volcánico se sitúa a unas 28 millas náuticas del Cabo de Oropesa, frente a la costa de Castellón, en una ubicación intermedia entre la península ibérica y las Islas Baleares.

Gracias a su aislamiento geográfico y al excelente estado de conservación de su entorno, Columbretes alberga una notable diversidad biológica. En sus tierras y aguas viven especies raras o únicas del Mediterráneo, como la gaviota de Audouin, el halcón de Eleonora, la Reseda hookeri (una planta extremadamente escasa), la lagartija endémica de Columbretes o el mastuerzo marítimo característico del lugar.

Durante más de cien años, los fareros y sus familias habitaron la isla en condiciones difíciles, aprovechando al máximo los recursos limitados de la tierra y la riqueza del mar. Las tumbas del pequeño cementerio insular son testimonio de esa vida austera y aislada. La presencia humana se mantuvo hasta 1975, año en que se automatizó el faro, provocando la marcha definitiva de los últimos residentes.

“Las islas permanecieron deshabitadas hasta que en 1987 la Generalitat instaló los primeros servicios de vigilancia”, concluyó Mérida.