Diputación de Castellón duplica la inversión del Concurso de Regeneración Urbana (CRU)

Diputación de Castellón duplica la inversión del Concurso de Regeneración Urbana (CRU)

La Institución Provincial refuerza el Concurso de Regeneración Urbana al duplicar la inversión y dar un impulso a los municipios más pequeños.

 

La Diputación Provincial de Castellón ha dado un paso más en su compromiso con la regeneración urbana y el impulso de los municipios más pequeños de la provincia. En su octava edición, el Concurso de Regeneración Urbana (CRU) se presenta con una gran novedad: la duplicación de la inversión, alcanzando los 1.012.500 euros, y la creación de una nueva categoría dirigida a los municipios de menos de 5.000 habitantes.

La presidenta de la institución provincial, Marta Barrachina, visitó este jueves los espacios regenerados en Montán y Arañuel, los cuales fueron los ganadores del CRU VI, y aprovechó la ocasión para anunciar las mejoras para esta nueva edición del concurso. Durante su visita, Barrachina destacó la importancia de la cerámica como elemento de desarrollo cultural y económico para la provincia, subrayando que «apostar por la cerámica mediante iniciativas como el Concurso de Regeneración Urbana es apostar por el desarrollo de nuestro territorio y generar oportunidades para los pueblos pequeños, y para seguir reforzando esa apuesta hemos dado un impulso al CRU en su octava edición».

La nueva dotación económica del CRU es uno de los aspectos clave de esta renovación, ya que la inversión se ha duplicado para superar el millón de euros. Además, se han establecido tres categorías de premios, con la inclusión de un nuevo galardón: el Premio 5M, orientado a los municipios de menos de 5.000 habitantes. «La razón de ser de esta Diputación», según indicó Barrachina, es precisamente apoyar a los pequeños municipios, que verán ahora un refuerzo a su capacidad para participar y competir en el concurso.

Además, la presidenta de la Diputación resaltó que «la cerámica es una expresión cultural y una parte esencial de nuestra identidad y este concurso permite acercar la cerámica a nuestros pueblos y regenerar espacios para que los vecinos puedan utilizarlos».

Las tres categorías que se presentan para esta octava edición son: Premio General, Premio 5M y Premio Plaza, con una dotación económica de 337.500 euros para cada una. Estos fondos están destinados a los honorarios de redacción de proyectos, estudios de seguridad y salud, dirección y coordinación de obra, así como a la licitación de las obras que se llevarán a cabo.

  • El Premio General será otorgado a las propuestas para regenerar cualquier espacio presentado por los ayuntamientos de la provincia.
  • El Premio 5M se destina a las localidades con menos de 5.000 habitantes.
  • El Premio Plaza se otorgará a las propuestas que propongan la regeneración con cerámica de alguna plaza presentada por los municipios.
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Es importante destacar que solo podrá presentarse un espacio por municipio, por lo que, aunque un mismo espacio puede optar a varios premios, los galardones no podrán recaer en el mismo municipio. La presidenta Marta Barrachina subrayó que el concurso CRU, tras siete ediciones, se ha consolidado como «sinónimo de cerámica, un reclamo turístico y una oportunidad» para potenciar el territorio.

Criterios de selección

Los proyectos que se presenten seguirán unos criterios estrictos, que priorizan la calidad arquitectónica, la adecuación a los fines, la utilidad, la accesibilidad y la sostenibilidad, además de tener la cerámica como material principal en el desarrollo de las propuestas. Barrachina concluyó afirmando que “cada edición del certamen aporta un nuevo impulso a la creatividad y la innovación, y con el impulso al CRU reforzamos nuestra apuesta por seguir convirtiendo nuestros pueblos en grandes escaparates de la cerámica”.

Proyectos ganadores del CRU VI

En cuanto a los proyectos ganadores de la sexta edición, la presidenta de la Diputación pudo comprobar los avances de dos propuestas destacadas. En Montán, se llevó a cabo el proyecto titulado ‘Al borde la Solánica’, con el objetivo de dotar al espacio de unidad formal y versatilidad funcional, creando un espacio polivalente y flexible, capaz de albergar distintos usos. Este espacio se encuentra en una ubicación privilegiada junto al convento y en conexión directa con el casco histórico, lo que aumenta su potencial turístico.

Por otro lado, en Arañuel, se llevó a cabo la regeneración del entorno de la almazara-lavadero de la aldea La Artejuela. En este caso, se han dispuesto bancadas semicirculares en puntos clave del recorrido, invitando al descanso y la reunión, mientras que una nueva pérgola proporciona sombra al antiguo lavadero. Este proyecto, caracterizado por su enfoque minimalista, ha mejorado la experiencia de los vecinos y visitantes al mejorar el recorrido y el entorno.