El diputado de Vox Asarta pide deportaciones y cerrar fronteras y el domingo de resurrección el papa exigió trato digno a los inmigrantes.
El sábado de gloria el diputado ultra por Castellón, Alberto Asarta, firmaba un artículo inmisericorde en un vecino diario avisando de que Vox va a exigir “el cierre efectivo de fronteras, la deportación de inmigrantes ilegales y el fin de la financiación pública a asociaciones que promuevan el islamismo radical”.
Lo hacía la víspera de que el papa recibiera al vicepresidente de los Estados Unidos, JD Vance, el número dos de un gobierno al que recientemente había criticado con dureza.
Fue en febrero, antes de ser hospitalizado, cuando en una carta a los obispos norteamericanos afirmaba que “las deportaciones masivas lastiman la dignidad de muchos hombres y mujeres, de familias enteras, y los coloca en un estado de especial vulnerabilidad e indefensión”. Sabía que los ultras utilizan los conceptos ‘inmigración ilegal’ e ‘islamismo radical’ para esconder su racismo y xenofobia.
Llama mucho la atención que el diputado de Vox por Castellón, Alberto Asarta, se entregue con entusiasmo al espíritu del nocivo eslogan de ‘más muros y menos moros’ con el que Abascal pretende poner en cuestión el discurso del papa sobre inmigración.
Tras su encuentro con el enviado de Trump, Francisco se dirigió al balcón de la Basílica de San Pedro donde, tras su última bendición Urbi et Orbi, hizo leer este mensaje: “¡Cuánto desprecio se manifiesta a veces hacia los más débiles, los marginados, los migrantes! Quisiera que volviéramos a tener esperanza y confianza en los demás, incluso en quienes vienen de tierras lejanas, con costumbres, modos de vida, ideas y hábitos distintos a los nuestros. Porque todos somos hijos de Dios”.
Son palabras que Asarta tendría que interiorizar porque alguien que como él es abiertamente infiel a la doctrina de la Iglesia que dice defender, habría de arrepentirse, pedir perdón y hacer propósito de enmienda.
Llama mucho la atención que el general diputado en su artículo basura se apuntara al espíritu del eslogan de “más muros y menos moros” del inquietante Abascal para traicionar a Francisco argumentando que “se pretende borrar nuestra cultura católica, nuestras tradiciones y raíces”.
Obviamente, necesito rechazar un mensaje tan nocivo y pendenciero y aclarar que las tradiciones y las raíces de Asarta no son las mías; no compartimos ralea.
Sorprenden los ataques a los inmigrantes del diputado ultra Alberto Asarta, el que en 2010 lideraba la misión de paz de la ONU en la frontera entre Israel y Líbano, cuando era el general de confianza de la ministra socialista de Defensa, Carme Chacón.
Somos diferentes, porque aunque me gusta Groucho, procuro no cambiar de principios a conveniencia como hacía el actor y sospecho que hace el general de división retirado, que según leo en otro medio de prensa, en los tiempos de Zapatero fue el general de confianza de la ministra de Defensa socialista, Carme Chacón. ¡Qué cosas!
Quien hoy demoniza y pretende expulsar de España a los migrantes fue entre 2010 y 2012 jefe de la misión de paz encargada de hacer valer el cese de las hostilidades firmado por Israel y Líbano. Cuesta comprenderlo.
Tampoco entiendo que la alcaldesa de Castelló, Begoña Carrasco, lamente en la red social X que con la muerte del papa “el mundo pierde un guía espiritual y un incansable defensor de la paz” mientras gobierna en coalición con ultras que atacan a los inmigrantes y pertenecen a un partido como Vox, cuyo líder se jacta de estar en sintonía con un genocida criminal de guerra: Netanyahu.
Rafa García. Periodista
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