Un equipo de investigadores ha desarrollado nanopartículas orgánicas para "erradicar los tumores de próstata de manera precisa".
Un equipo de investigadores del Instituto de Investigaciones Químicas (IIQ), un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Sevilla (US), ha logrado desarrollar dos nanopartículas orgánicas capaces de alcanzar de forma específica los tumores de próstata y liberar una cantidad efectiva de fármaco para eliminarlos.
Según el CSIC, este avance en la investigación, publicado en la revista Journal of Controlled Release, abre un camino hacia terapias oncológicas «más precisas y efectivas». El cáncer de próstata se presenta como un problema de salud de gran relevancia, siendo la segunda neoplasia maligna más diagnosticada y la tercera causa de muerte por cáncer en hombres. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada 44 hombres fallecerá debido a esta enfermedad.
Los investigadores han creado dos tipos de nanopartículas orgánicas, llamadas micelas, que están basadas en materiales polidiacetilénicos (PDA) y que contienen un ligando de direccionamiento específico (Acupa) para la proteína PSMA, la cual está sobreexpresada en las células tumorales de próstata. Estas micelas permiten administrar el fármaco docetaxel (DTX) en el tratamiento de este tipo de cáncer, combinando direccionamiento pasivo y activo.
«Las micelas utilizadas han sido diseñadas siguiendo los últimos avances en nanomedicina, optimizando su tamaño, topología y química de superficie para alcanzar selectivamente el tumor y liberar una cantidad efectiva del fármaco con el objetivo de eliminar las células tumorales», comentó Noureddine Khiar, investigador principal del estudio.
En los métodos tradicionales de tratamiento del cáncer de próstata, como la cirugía y la quimioterapia, a menudo no se erradican por completo las células tumorales, ya que carecen de selectividad y pueden dañar los tejidos sanos, lo que puede provocar efectos secundarios graves, resistencia a los medicamentos y deterioro de la respuesta inmunológica.
«En respuesta a estos desafíos, la investigación se orienta hacia el desarrollo de sistemas avanzados de administración de fármacos a escala nanométrica, que permitan una entrega precisa de agentes terapéuticos y de diagnóstico, mejorando la selectividad y reduciendo los efectos adversos tanto mediante direccionamiento pasivo, como activo», añadió Khiar.
En cuanto al direccionamiento pasivo, las nanopartículas se dirigen al tumor aprovechando características específicas del entorno tumoral, como la mayor permeabilidad de los vasos sanguíneos. Sin embargo, este mecanismo puede carecer de la selectividad necesaria, limitando la distribución eficiente del fármaco en las células cancerígenas. Por otro lado, el direccionamiento activo se caracteriza por un enfoque «más preciso», en el cual las nanopartículas están diseñadas para interactuar específicamente con los receptores sobreexpresados en las células tumorales, lo que «mejora la acumulación del fármaco en el tumor y minimiza el impacto en los tejidos sanos«.
El CSIC ha destacado que los resultados de los estudios preclínicos y las pruebas en modelos murinos han mostrado que las micelas con direccionamiento activo no solo incrementan la solubilidad del fármaco —un «factor clave» para su eficacia terapéutica—, sino que también logran una acumulación más eficiente en los tumores, reduciendo significativamente su crecimiento.
«Estos hallazgos iniciales sugieren que las micelas que hemos desarrollado podrían representar una alternativa prometedora para la administración de tratamientos de quimioterapia dirigidos específicamente a las células cancerígenas de próstata. Además, el enfoque sintético que hemos aportado ha sido diseñado con el objetivo de facilitar la traslación al mercado», concluyó Khiar.