
Garantizar que cada niña y niño reciba el apoyo necesario es clave para su bienestar, desarrollo y felicidad. La escuela debe ser un espacio donde todas y todos puedan alcanzar su máximo potencial.
Las Altas Capacidades: un reto pendiente en el sistema educativo
Puede que no sean reconocidas a vista de cualquiera, sin embargo, las Altas Capacidades (AACC) se evidencian desde los primeros años (incluso meses) de vida de las personas.
Tradicionalmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) las establece cuando el coeficiente intelectual (CI) de una persona es igual o superior a 130, sin embargo, investigaciones recienten demuestran que las pruebas basadas exclusivamente en el CI no son determinantes, puesto que la inteligencia es un concepto multifacético.
Reconocer de forma temprana las AACC en el ámbito familiar y, especialmente en el ámbito educativo es clave para proporcionar un acompañamiento integral, ya que, estas capacidades afectan en múltiples ámbitos del desarrollo infantil.
Más allá del rendimiento académico, afecta a:
- La motivación
- La sensibilidad
- Los intereses
- La frustración
Nos encontramos ante una realidad que plantea la necesidad de enfoques educativos más inclusivos y personalizados, que permitan identificar y potenciar el talento de este alumnado más allá de las métricas tradicionales. Sin embargo, en numerosas ocasiones, el sistema educativo no parece preparado para responder a las necesidades de estas niñas y niños, dejándoles en una situación de vulnerabilidad.
Una realidad ignorada, especialmente en las niñas
La educación estandarizada, a pesar de la legislación y los esfuerzos, sigue centrada en la atención a “la mayoría”, la parte central de la campana de Gauss, dejando desatendidos a los extremos, requieran este apoyo adicional o tengan o un potencial excepcional.
Las AACC representan entre un 2% y un 10% de la población escolar y, dentro de estos porcentajes, aproximadamente el 30% son niñas, siendo la invisibilización de estas altamente preocupante.
Mientras los niños tienden a destacar, ya sea de forma positiva o negativa para el aula, puede observarse la tendencia de las niñas a camuflar su talento para no destacar, aprendiendo a “enmascarar” para no destacar.
No existe evidencia científica que indique diferencia significativa en la prevalencia de AACC entre niños y niñas, sin embargo, la identificación de los niños suele darse de forma más temprana.
Es necesaria la revisión de los métodos y criterios de identificación para asegurar que las niñas tengan la misma oportunidad que los niños de recibir apoyo.
Obviar las necesidades de estas niñas y niños no puede ser una opción.
La identificación es el primer paso: sin ella, no hay acompañamiento
La ausencia de detección temprana de las AACC impide que se acompañe y atienda de manera adecuada a un sector de la población y, por ende, a la implementación de estrategias de intervención efectivas, llevando a niñas y niños a la frustración, desmotivación, fracaso escolar o a otras cuestiones que desde la adultez llamaríamos “problemas de comportamiento”.
La evaluación de AACC suele darse en Primaria o Secundaria a raíz de dificultades sociales, emocionales o académicas, sin embargo, las AACC también existen en la etapa de Infantil, etapa en la que en muchas ocasiones se minimiza su importancia o se decide esperar al paso de primaria “a ver si se pasa” (spoiler: no se pasa)
La legislación educativa es clara al respecto, el alumnado con AACC es considerado alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE), implicando esto una obligación legal de intervención por parte del sistema educativo.
La Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre (LOMLOE), establece en su artículo 71 la necesidad de proporcionar una atención educativa adecuada a este alumnado, garantizando su derecho a desarrollar al máximo sus capacidades. Además, en la Comunitat Valenciana, la Orden 38/2017, de 4 de septiembre, regula la identificación e intervención con el alumnado de AACC, estableciendo que los centros educativos tienen la responsabilidad de detectar y atender sus necesidades, adaptando la respuesta educativa a sus características individuales.
Programas de apoyo en la Comunitat Valenciana
En la Comunitat Valenciana se ha creado un programa específico dirigido al alumnado de AACC, se trata de “Connectats”.
Tal y como indica su web (portal.edu.gva.es/connectats), Connectats es un programa que promueve el desarrollo del talento en los centros educativos de la Comunitat Valenciana. Está diseñado por la Unidad Específica de Orientación de Altas Capacidades de la Consellería de Educación, Investigación, Cultura y Deporte en colaboración con el CEFIRE y la Universitat de València. que, centrado en el desarrollo socioemocional del alumnado con AACC, desarrolla acciones que potencian las habilidades y las competencias para este alumnado.
El papel de la Asociación ACAST en Castellón
Desde hace 25 años la Asociación Castellonense de Altas Capacidades (ACAST)trabaja para visibilizar la realidad de estas niñas y niños, promoviendo su detección, ofreciendo recursos a familias y docentes a través de:
- Asesoramiento y apoyo
- Escuela de familias
- Atención psicológica
- Talleres de enriquecimiento
- Actividades educativas
- Difusión social
- Participación en estudios
- Colaboración con centros educativos
- Formación para docentes y profesionales
El papel de la Universidad Jaume I de Castelló (UJI)
La UJI lleva más de 20 años colaborando con ACAST, gracias a esta colaboración, las niñas, los niños y sus familias pueden realizar de forma periódica actividades enriquecedoras en sus instalaciones.
Ambas entidades vienen desarrollando todo este tiempo proyectos en común como son:
- Prácticas del alumnado de la UJI
- Programa de voluntariado
- Participación en estudios
Intervención educativa: un derecho, no un privilegio
A pesar del aumento de la visibilización del problema en que nos encontramos respecto a la educación en personas de AACC, es una realidad que esta sigue sin ser una prioridad en muchos centros educativos.
La falta de identificación y acompañamiento, la falta de adaptación, el “yo no lo veo” (a muchas familias o sonará esto) … la desmotivación, el aislamiento, el fracaso académico y, en ocasiones el acoso escolar, forman parte del día a día de muchas familias.
Insisto en el caso de las niñas, donde el problema se agrava por la invisibilización y los estereotipos de género, cuestionen que dificultan aún más su reconocimiento.
El entorno escolar es un espacio donde las niñas y niños con AACC se enfrentan a retos adicionales y que, sin el apoyo adecuado, puede convertirse en un lugar de exclusión en vez de en un lugar de crecimiento. Por ello, es urgente que desde el sistema educativo se deje de ignorar esta realidad y se garantice una atención adecuada a este alumnado, permitiéndoles alcanzar su máximo potencial, bienestar y felicidad.
La atención a las AACC no es un privilegio, es un derecho. Garantizar que cada niña y niño reciba el apoyo necesario es clave para su bienestar, desarrollo y felicidad. La escuela debe ser un espacio donde todas y todos puedan alcanzar su máximo potencial.
M Cinta Marí Marco
Vicepresidenta de ACAST
www.acast.org