La famosa palmera ‘Chiquitín’ de Oropesa del Mar ya tiene su nuevo hogar

La famosa palmera ‘Chiquitín’ de Oropesa del Mar ya tiene su nuevo hogar

Chiquitín, la palmera superviviente de Oropesa del Mar, ha sido trasplantada tras décadas de lucha contra la erosión.

 

Chiquitín, la icónica palmera de Oropesa del Mar (Castellón), ha sido trasplantada a un nuevo hogar tras resistir durante 25 a 30 años en condiciones extremas. Situada originalmente en la orilla de la playa, donde las olas rompían sin cesar, esta palmera sufrió los efectos de la erosión costera, que redujo su entorno a un minúsculo peñón aislado, dejando sus raíces colgando expuestas al agua salada y el salitre.Chiquitín, la palmera superviviente de Oropesa del Mar, ha sido trasplantada tras décadas de lucha contra la erosión.

El trasplante, realizado esta semana, es el fruto de la incansable campaña liderada por Pepi García, vecina de Oropesa y administradora del grupo de Facebook ‘Amantes de Oropesa’, en el cual, Pepi es conocida como ‘Oropesamar’.

Chiquitín, la palmera superviviente de Oropesa del Mar, ha sido trasplantada tras décadas de lucha contra la erosión.

«En un estado de dejadez absoluta y al borde de la muerte, Chiquitín ahora por fin descansa en un espacio verde en la zona de Les Amplaries, cerca del mar pero protegida de la orilla, donde recibe cuidados intensivos para garantizar su recuperación». Relata Pepi.

No he parado de quejarme, hacer escritos y hablar con la alcaldesa Araceli de Moya y la concejala de Playas, Isabel Moya.

Ha añadido.

Su perseverancia, respaldada por miles de firmas y el apoyo de la comunidad, logró que el Ayuntamiento priorizara la salvación de Chiquitín, un nombre que Pepi acuñó y que se popularizó entre los vecinos.

Chiquitín, la palmera superviviente de Oropesa del Mar, ha sido trasplantada tras décadas de lucha contra la erosión.

La operación no estuvo exenta de retos. Inicialmente, el Ayuntamiento alegó «falta de presupuesto» para costear el traslado, pero finalmente se encontraron los fondos necesarios. Un equipo de jardineros, bajo la supervisión de la concejala Isabel Moya, llevó a cabo el trasplante con éxito.

Pedí que se quedara en Amplaries su zona. Pero trasplantado como se merece

Señala, Pepi García, destacando la fortaleza de la palmera que, a pesar de la erosión y las duras condiciones, se aferró a la vida.

Chiquitín es un superviviente y un gran héroe.

En su nuevo hábitat, Chiquitín recibe ahora un cuidado muy especial para asegurar su arraigo. Los expertos están aplicando abonos, ácidos húmicos y fúlvicos, micorrizas y otros nutrientes esenciales para fortalecer sus raíces. Además, se está llevando a cabo un riego intensivo tras el trasplante, una práctica clave para llenar los poros del suelo con agua y asfixiar las bacterias que podrían atacar las raíces debilitadas.

Estas medidas son fundamentales para que Chiquitín se adapte a su nuevo entorno y recupere su vitalidad. Con estos cuidados y su espíritu luchador, estamos seguros de que en unos meses saldrá adelante.

Afirma ilusionada, Pepi.

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La iniciativa, impulsada por Pepi García (Oropesamar) y respaldada por los seguidores de ‘Amantes de Oropesa’, no solo ha salvado a Chiquitín, sino que también ha visibilizado los efectos de la erosión costera en Oropesa del Mar y la importancia de proteger su patrimonio natural.

Chiquitín, la palmera superviviente de Oropesa del Mar, ha sido trasplantada tras décadas de lucha contra la erosión.

Agradecimientos de Pepi García, propulsora de la iniciativa Oropesamar

Pepi García, alma detrás de’ Oropesamar’, desea expresar su más profundo agradecimiento a todos los que han contribuido al éxito del trasplante de Chiquitín. A la alcaldesa de Oropesa del Mar, Araceli de Moya, a la concejala de playas, Isabel Moya, a los miles de seguidores que, con sus firmas y su apoyo constante en el grupo de Facebook ‘Amantes de Oropesa’, dieron visibilidad a esta causa; a Sergio Lliberós, por su valiosa colaboración; y a los numerosos vecinos y vecinas de Oropesa del Mar que, a través del boca a boca, también ayudaron a difundir y respaldar esta iniciativa medioambiental.

Gracias a la unión y el compromiso de todos, Chiquitín ahora tiene un nuevo hogar y una oportunidad para prosperar. Este logro colectivo quedará como un hito en la historia de Oropesa del Mar, reflejando el poder del amor por el entorno natural.

Este trasplante es un testimonio del poder de la unión vecinal y un recordatorio de que, con determinación y trabajo conjunto, es posible preservar los símbolos de una comunidad. Oropesa del Mar espera con ilusión ver a Chiquitín florecer en su nuevo hogar, como un verdadero emblema de resiliencia.

Chiquitín, la palmera superviviente de Oropesa del Mar, ha sido trasplantada tras décadas de lucha contra la erosión.