Desde que se decretó el estado de alarma, con el correspondiente cierre de los templos, los tres presbíteros que atienden la parroquia, Miguel Simón, Ángel Cumbicos y David Barrios, se ponen en contacto con los feligreses regularmente para que no se sientan desatendidos, a través de llamadas telefónicas y de otros medios de comunicación.
Así, lo que les ofrecen es conversación, para preguntarles como están y saber si tienen alguna necesidad en la que puedan ayudarles, como hacerles la compra o acompañarles al médico.
Ángel Cumbicos asegura que “a pesar de ser un gesto muy sencillo muestran mucho agradecimiento, y lo que más nos piden es que les tengamos presentes en nuestras oraciones, a ellos y a sus intenciones, y queremos que sepan que por su puesto que rezamos por ellos, lo hacemos todos los días en las misas que celebramos”.
Y ya que los voluntarios de Cáritas no pueden salir de sus casas, son ellos tres junto a algún voluntario joven, quienes realizan la entrega de alimentos a aquellas personas y familias que tienen necesidad, cada quince días o cuando los necesitan. El próximo día de entrega será el miércoles 6 de mayo.
Por otra parte, los catequistas de primera comunión y de confirmación también están en contacto con los niños, con los jóvenes y sus familias. A ellos se les tuvo que comunicar la dolorosa pero inevitable decisión de tener que aplazar el día de la celebración del sacramento.
También, debido a la suspensión de las catequesis presenciales, se les envía una serie de materiales sobre los que trabajar, y se les recuerda la importancia de seguir la Santa Misa a través de los distintos canales de comunicación, así como de rezar en familia.