La Segunda Marcha Verde

La Segunda Marcha Verde

El 16 de octubre de 1975, el rey de Marruecos, Hassan II, anunció la puesta en escena de la denominada Marcha Verde, que echó a andar el día 6 de noviembre en contra de la decisión del Tribunal de Justicia de la ONU. En esas fechas Francisco Franco se encontraba hospitalizado y su muerte estaba...

El 16 de octubre de 1975, el rey de Marruecos, Hassan II, anunció la puesta en escena de la denominada Marcha Verde, que echó a andar el día 6 de noviembre en contra de la decisión del Tribunal de Justicia de la ONU. En esas fechas Francisco Franco se encontraba hospitalizado y su muerte estaba cercana.

Por ley correspondía hacerse con la Jefatura del Estado, de manera interina, al entonces príncipe Juan Carlos, pero lo rechazó ya que quería tener plenos poderes para poder actuar en el Sahara Occidental. Ya había acordado con los EEUU y Marruecos la entrega de la provincia española a los alauitas.

Para mantener en secreto este acuerdo, el Príncipe visita a las fuerzas españolas el 2 de noviembre y arenga a las tropas con esta frase «España no dará un paso atrás, cumplirá todos sus compromisos, respetará el derecho de los saharauis a ser libres». Mientras tanto, y al objeto de evitar conflictos, se había ordenado la retirada de las minas que protegían la provincia española. El acuerdo había tenido por protagonistas a Juan Carlos, Kissinger y Hassan II.

El día 6 se inicia la Marcha que se termina el día 9, cuando el monarca marroquí la da por finalizada y retira a su gente. Ya se había alcanzado el acuerdo secreto por el cual se hacía con ingentes cantidades de minerales (fosfatos), gas y petróleo.

Finalmente, el 14 de noviembre de 1975, se produce la Declaración de Madrid, mediante la cual se entrega a Marruecos la parte norte del Sahara (la que era más rica), y a Mauritania, el resto, que devolvería en pocos años a su vecino del norte.

Mientras tanto, ni los militares allá destinados, ni el propio gobierno dirigido por Carlos Arias Navarro supieron ver la que se les venía encima. Una curiosidad sobre este tema, uno de los pocos que figuraron en el reducido grupo de conseguidores del acuerdo, fue el general Alfonso Armada. ¿Les suena de algo? Las casualidades no existen. Se abandonó a su suerte a un número de españoles ya que en aquella época el Sahara era una provincia de España.

¿Estaremos asistiendo a una segunda Marcha Verde? Es preocupante ver cómo en el pasado año 2020, llegaron a Canarias 23.023 inmigrantes, un 756% más que el año anterior, todos ellos sin signo alguno de malnutrición, ni de secuelas físicas y lo que es más sorprendente es que todos son hombres jóvenes, fornidos y que más bien parecen militares que personas necesitadas. En la primera quincena del mes de enero, ya contabilizamos a 1.069 ilegales arribados a las Islas Canarias.

Cuando llegan a las islas, se les aloja en hoteles con todo lujo de detalles, y las OSG (Organizaciones SI Gubernamentales), que se están poniendo moradas a subvenciones, como Cruz Roja y otras, se encargan de su alimentación, ropa, en resumen, de que no les falte de nada. Ya quisieran los propios habitantes de las islas recibir ayudas como las que les dan a los que llegan de forma ilegal a sus costas.

Lo que suponía la mayor riqueza de Canarias que era el turismo, se ha ido al garete, y con ello todos los negocios que dependían de él: hoteles, bares, restaurantes, agencias de viaje, comercios, transporte, taxis, o sea todo el entramado excepcional de las Islas Afortunadas.

Pero, claro, no se acaba aquí, luego vendrá lo más difícil. Si finalmente desde este gobierno social-comunista conseguimos que Canarias siga siendo española, habrá que recuperar el turismo que se ha perdido y que se desplaza a otros destinos como Grecia. De momento, sólo VOX está luchando por evitar la ruina económica y social de nuestro archipiélago.

A todo esto, hay que sumar la violencia que se ha disparado en los últimos tiempos, incluidas las violaciones que están sufriendo las mujeres de allí, sin que la Ninistra Concubina, ni sus enchufadas de turno abran la boca.

Claro, ¿Qué podemos esperar del ministro del Interior, cuya principal preocupación es mantener en forma su hercúleo cuerpo? Es más importante expoliar una cinta de correr, que proteger a sus fuerzas allí destinadas. Ya hemos visto lo que ha corrido para ir a aleccionar a su gente.

Y no digamos nada sobre la tan cacareada pandemia. ¿Se controla a todos esos hombres en edad militar que invaden Canarias?, digo lo de hombres ya que, ¡oh casualidad!, no aparece ninguna mujer en las imágenes de los alojados en buenos hoteles. Una de dos, o los ilegales están exentos de contraer el virus, o a los social-comunistas les importa un huevo que contagien a los residentes en las islas.

¿Pasará como en la primera Marcha Verde? ¿Estaremos asistiendo a un acuerdo con Marruecos, similar al de 1975? De momento, los alauitas ya están haciendo de su capa un sayo ampliando el límite de sus aguas cada vez más cerca de Canarias, ya que se sabe que el fondo marino es rico en minerales, gas y petróleo (lo mismo que con el Sahara). ¿Sabremos quiénes ponen el cazo en esta ocasión? Para averiguarlo, recordemos la frase que pronunció Aznar después de los atentados de Madrid «no están ni en desiertos remotos ni en montañas lejanas».

Los primeros integrantes de esta nueva Marcha Verde ya están en suelo patrio, y no tienen intención de marcharse. Es más, se manifiestan con protección de los pobres y esforzados policías, cuyos emolumentos no llegan ni para comprarse una cinta de correr.

Después vendrán Ceuta y Melilla, salvo que desaparezca este gobierno de descerebrados y gente como Santiago Abascal imponga la sensatez y el amor a España y a los españoles por encima de los chanchullos rastreros que pueden acabar como la traición a toda una región, como ya pasó en 1975.

¡¡VIVA ESPAÑA!!

Luis Andrés Cisneros