
La destrucción de sus nidos puede conllevar multas que van desde los 5.000 hasta los 200.000 euros, e incluso penas de hasta dos años de prisión.
Con la llegada de la primavera, regresan a La Vall d’Uixó las golondrinas, aviones y vencejos, unas aves insectívoras protegidas “que cada año eligen nuestras calles y edificios para anidar y criar”, tal y como ha destacado el concejal de Medio Ambiente y Transición Ecológica, Marc Seguer. Estas aves son un claro indicador de la buena calidad ambiental del entorno urbano, ya que “solo habitan en lugares donde el ecosistema es saludable”.
Según el censo realizado por la concejalía en 2023, se contabilizaron 980 nidos de avión, 50 de vencejo y 21 de golondrina. El concejal ha subrayado que “estas cifras reflejan un patrimonio natural vivo y valioso, que debemos cuidar y preservar entre todos”. Un ejemplo de su valor ecológico es su función en el control de plagas: una sola golondrina puede ingerir unos 850 insectos al día, principalmente moscas y mosquitos, lo que supone más de 300.000 insectos al año por ejemplar.
Para poner en valor esta fauna urbana, el Ayuntamiento ha lanzado una campaña de concienciación que incluye el reparto de folletos informativos, charlas educativas en colegios para sensibilizar sobre la importancia de estas aves y sus beneficios, así como la publicación y reedición del libro ‘Los pájaros de nuestro entorno’, del que ya se han distribuido 450 ejemplares.
Queremos que la ciudadanía conozca mejor estas aves, las respete y colabore en su protección, ya que convivir con ellas es muy sencillo si entendemos su ciclo de vida.
Ha afirmado el concejal.
Para facilitar esa convivencia y reducir posibles molestias, se ofrecen bandejas protectoras que evitan la acumulación de excrementos en fachadas, balcones y la vía pública durante la época de cría. Estas se pueden recoger de forma gratuita en la Concejalía de Medio Ambiente (avenida Jaume I, 25).
Otra de las líneas de actuación es la instalación de nidos artificiales para facilitar su nidificación. Ya se han colocado en puntos estratégicos como los colegios CEIP Blasco Ibáñez, CEIP Sant Vicent, Colonia Segarra y Recaredo Centelles. También está previsto incluir nidos en el nuevo edificio del Ayuntamiento, actualmente en proceso de rehabilitación. Desde la Concejalía se trabaja en coordinación con la oficina técnica para asegurar que “cada nueva actuación urbanística o rehabilitación tenga en cuenta la biodiversidad”, ha señalado Seguer.
Asimismo, ha recordado que se trata de especies estrictamente protegidas por la legislación europea y estatal, como el Convenio de Berna o la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. La destrucción de sus nidos puede conllevar multas que van desde los 5.000 hasta los 200.000 euros, e incluso penas de hasta dos años de prisión, según el Código Penal.
“La disminución de poblaciones de aves como las golondrinas, aviones y vencejos es un problema que ya estamos notando; por eso apostamos por una rehabilitación de los edificios que también tenga en cuenta la vida que albergan: aves, murciélagos, reptiles o plantas”, ha concluido el concejal, quien ha recalcado que “esta diversidad es nuestra medicina, y dependemos de ella”.
Fotografía portada: Archivo.