El PSPV califica la votación secreta de "burla" y Compromís de "pucherazo", exigiendo su repetición por "falta de garantías" en Les Corts.
Les Corts Valencianes se han visto envueltas en una nueva controversia este jueves, 20 de febrero de 2025, tras la votación de una propuesta de Compromís que exigía la dimisión del ‘president’ de la Generalitat, Carlos Mazón, por su gestión de la DANA del pasado 29 de octubre. La iniciativa ha sido rechazada con 41 votos a favor y 52 en contra, pero el foco de la polémica no ha sido el resultado, sino el proceso de votación, que ha pasado de plantearse en urna a realizarse de forma secreta electrónica, generando duras críticas de la oposición.
Una votación marcada por el cambio de última hora
Inicialmente, la votación estaba prevista para realizarse en urna tras una solicitud de Vox, que el miércoles presentó un escrito a la Mesa de Les Corts argumentando que un voto público individual alargaría excesivamente el pleno. Sin embargo, el formato cambió de manera inesperada. El vicepresidente primero de la cámara, Alfredo Castelló —que presidía la sesión en ausencia de la presidenta, Llanos Massó—, anunció tras una breve reunión de la Mesa que finalmente se optaría por una votación secreta en pantalla, descartando las urnas. «No hay ningún problema, así que no hacemos urnas y votamos en votación secreta aquí en el aparato que tienen ustedes colocado», justificó Castelló.
Este giro desató las primeras protestas. El síndic de Compromís, Joan Baldoví, cuestionó el cambio repentino,
¿Por qué ahora de repente se ha decidido todo lo contrario?.
Castelló respondió que la decisión se había reconsiderado tras escuchar a los grupos y suspendió la sesión cinco minutos para aclarar la situación.
PSPV: «Una burla a la ciudadanía»
El síndic del PSPV, José Muñoz, fue uno de los más críticos con el proceso. En declaraciones a los medios durante el receso, acusó a Castelló de actuar de manera «autoritaria y antidemocrática» al modificar el sistema de votación «sin venir a cuento» y sin dar explicaciones claras. «Ha sido una burla a toda la ciudadanía valenciana que lo que exige es transparencia de sus políticos y que digan claramente si apoyan o no a Carlos Mazón», afirmó Muñoz. Para el portavoz socialista
Este episodio refleja un PP nervioso y al límite, con un presidente escondido y atenazado.
Muñoz también había cuestionado previamente en el pleno por qué se planteó inicialmente la votación en urna si, como argumentó Vox, el objetivo era ahorrar tiempo. «¿Por qué no volvemos al inicio, que es la votación por llamamiento, que es lo que creo que querría el conjunto de la cámara y la ciudadanía?», planteó.
Compromís: «Pucherazo» y exigencia de repetir la votación
Compromís elevó aún más el tono al calificar lo ocurrido como un «pucherazo». Joan Baldoví denunció que el cambio unilateral de Castelló —»sin consultar con la Mesa»— de urna a voto secreto electrónico impidió que algunos diputados de su grupo y del PSPV pudieran emitir su voto correctamente. Según Baldoví, el vicepresidente «tergiversó el resultado que había aparecido en pantalla» al proclamar «números completamente diferentes» a los reales, lo que llevó a su formación a presentar un escrito exigiendo repetir la votación en urna durante la misma sesión «con garantías».
Acabamos de asistir a un nuevo bochorno de este gobierno incompetente. Ha sido un ataque a los derechos fundamentales de los diputados y diputadas que representamos a esa gente que está en la calle pidiendo la dimisión del señor Mazón.
Afirmó Baldoví, quien consideró la votación «nula de pleno derecho».
La portavoz adjunta de Compromís, Isaura Navarro, reforzó esta postura al relatar que no pudo emitir su voto porque «el sistema no funcionaba correctamente».
Le dábamos al botón y no se marcaba. Quiero que conste mi petición de dimisión de Mazón.
Exigió Navarro en el pleno, a lo que Castelló replicó que «los servicios técnicos han concluido que el sistema ha funcionado perfectamente».
La versión oficial: «Todo con normalidad»
Tras retomar el pleno, Castelló leyó un informe de los servicios técnicos de Les Corts que aseguraba que la votación se había desarrollado «con normalidad», con 41 votos a favor, 52 en contra y ninguna abstención.
El documento reconocía que cinco diputados no habían ejercido su voto, pero lo atribuía a decisión personal y no a fallos técnicos.
Esta explicación no aplacó las críticas de la oposición, que mantuvo sus acusaciones de irregularidades.
Un nuevo capítulo de tensión política
El episodio ha puesto de manifiesto las profundas divisiones en Les Corts Valencianes y ha avivado la presión sobre Carlos Mazón, cuya gestión de la DANA sigue generando controversia. Para PSPV y Compromís, lo ocurrido no solo es un reflejo de la «incompetencia» del gobierno autonómico, sino también de una supuesta falta de transparencia y respeto democrático. Mientras, el PP y Vox han defendido la legitimidad del proceso, cerrando filas en torno al ‘president’.
La solicitud de Compromís de repetir la votación sigue sobre la mesa, pero, por ahora, el resultado oficial da un respiro a Mazón, aunque la polémica está lejos de disiparse. En un contexto de creciente malestar ciudadano, este «bochorno» —como lo han calificado los opositores— podría tener repercusiones políticas aún por definirse.