Mazón, PP y Vox recortan las inversiones en la provincia un 31% evidenciando las grandes tragaderas de Barrachina, Carrasco y Aguilella.
En 2009 el presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, del Partido Popular, no se atrevió a iniciar la Romeria de les Canyes en la plaza Mayor de Castelló. Tenía miedo a mezclarse con el pueblo y decidió sumarse a la comitiva en la Iglesia de San Agustín de la calle Mayor, donde permanecía escondido.
No salió encapuchado como el preso que cada miércoles santo libera la cofradía de Jesús el Rico de Málaga pero la imagen se me antoja muy similar. Fue una burda argucia que no impidió que durante el trayecto escuchara el eslogan de ‘trajes para todos’.
Nada grave, era cuando la mayoría estaba encantada con el PP. Todavía recuerdo aquel testimonio grabado por Jordi Évole para Salvados en la plaza Santa Clara de una señora diciendo “como todos roban, prefiero que roben los nuestros”.
Carlos Mazón es un presidente cobarde, indigno, traidor, mentiroso e indolente, que no vino a la romería de Castelló porque tiene miedo, no se atreve a mezclarse con un pueblo que ya no representa y al que no puede aguantar la mirada.
Cuando Camps dio aquella espantá no podíamos imaginar que dieciséis años después otro President popular corregiría y aumentaría tan vergonzante acción, como hizo Carlos Mazón el pasado domingo no compareciendo en Castelló el día grande de sus fiestas. No se atreve a mezclarse con un pueblo que ya no representa, al que no puede aguantar la mirada.
Así es como actúa un presidente cobarde, indigno, traidor, mentiroso, inepto, incapaz e indolente, un tipo que el día que se produjo el mayor diluvio de la historia de la Comunitat Valenciana permaneció durante horas en paradero desconocido e incomunicado, haciendo no se sabe qué. A ciencia cierta no lo saben los valencianos, aunque lo sospechan.
Hablamos de Mazón, el único individuo que en la Comunitat Valenciana no se había enterado de que el pasado 29 de octubre podían producirse lluvias muy violentas, tal como pronosticaban esa misma mañana, Castellón Diario, Levante o Las Provincias, y como llevaban una semana anunciando todos los medios de comunicación, haciéndose eco de los avisos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
Carlos Mazón, con la complicidad culpable de Marta Barrachina, Begoña Carrasco y Salvador Aguilella, reduce en 2025 un 31% y 55 millones las inversiones en Castellón respecto al último presupuesto elaborado por Ximo Puig.
Una joyita el tal Mazón, el que en 2023 llenó Castelló de vallas con su foto y la frase “sonríe, ya viene el cambio”, que ha acabado dándonos el cambiazo a través de los presupuestos de la Comunitat y dejando al descubierto las amplísimas tragaderas del PP provincial y su tridente, el que conforman la presidenta de la Diputación, Marta Barrachina; la alcaldesa de Castelló, Begoña Carrasco, y el secretario general del partido, Salvador Aguilella.
Quienes antes exigían hasta la luna de València ahora son incapaces de criticar que los presupuestos autonómicos racistas, xenófobos, negacionistas y antieuropeos de Mazón y Vox contemplen en 2025 una reducción del 31% para la provincia respecto a 2023, 55 millones de euros menos que los consignados por el Botànic presidido por el socialista Ximo Puig. Un auténtico rejón de castigo para Castellón.
El cambiazo lo ha dado Mazón, pero es obvio que con la complicidad culpable del tridente del PP.
Rafa García. Periodista
