
Destaca que el nuevo Plan Integral de Residuos de la Comunitat Valenciana contemplará la instalación de vertederos de emergencia en cada una de las provincias.
El president de la Generalitat, Carlos Mazón, ha puesto en valor la respuesta del Consell ante la crisis de residuos generada por las inundaciones ocurridas en octubre, describiéndola como una actuación “sin precedentes” en España. Según ha señalado, esta gestión ya ha captado el interés de instituciones europeas debido a su magnitud y enfoque innovador, especialmente por la apuesta por la reutilización de los residuos con pleno respeto al entorno natural.
Durante su visita al Centro de Transferencia de Residuos de Quart de Poblet-Manises, acompañado por el conseller de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, Vicente Martínez Mus, Mazón ha anunciado que se habilitarán vertederos de emergencia en cada provincia de la Comunitat Valenciana. Esta medida pretende dotar al territorio de infraestructuras adecuadas para hacer frente a futuros fenómenos meteorológicos extremos.
El president ha destacado que las riadas llegaron a generar entre 800.000 y 1.500.000 toneladas de residuos en tan solo una noche, una cifra que equivale al 10% de los residuos generados anualmente en todo el país. Esta situación excepcional requirió un despliegue de medios técnicos y humanos sin precedentes, para el cual la Generalitat ha destinado 179 millones de euros a través de contratos de emergencia, complementados con recursos propios.
En este contexto, Mazón ha remarcado que el Consell ha asumido competencias que corresponden a los ayuntamientos para asegurar una respuesta ágil y eficaz, e instó al Gobierno central a que también se implique y actúe retirando los residuos que son de su competencia, como aquellos que se encuentran en cauces y barrancos.
En cuanto al plan de choque implementado por el Consell, el jefe del Ejecutivo autonómico ha subrayado su eficacia y ha explicado que se encuentra en su fase final. Esta última etapa contempla el vaciado total de los Puntos de Acopio Local (PAL) y los centros de transferencia. Según ha explicado, uno de los tres principales puntos de transferencia, el ubicado en Catarroja, ya está prácticamente despejado. Esto ha sido posible, aseguró, gracias a la rapidez y eficiencia del operativo, lo que ha permitido minimizar riesgos tanto para la salud pública como para el medioambiente.
Mazón ha detallado que el plan no solo ha servido para gestionar esta emergencia, sino que también ha impulsado la creación de nuevas figuras administrativas, procedimientos y mecanismos dentro del ámbito público de la gestión de residuos. Estos avances serán integrados en el nuevo Plan Integral de Residuos de la Comunitat Valenciana, que también incluirá la instalación de vertederos de emergencia en cada una de las provincias.
La Generalitat, según explicó el president, ha logrado retirar volúmenes récord de residuos en un plazo de cinco meses, destacando la necesidad de contar con un sistema eficiente y robusto.
En las primeras semanas, se movilizaron hasta 1.000 camiones de diferentes capacidades al mismo tiempo, logrando evacuar más de 15.000 toneladas diarias.
En relación con el Punto de Transferencia de Manises-Quart de Poblet, Mazón ha destacado que ya se han gestionado 50.000 toneladas de residuos desde que comenzó la operación, y se almacenan actualmente 30.000 metros cúbicos de lodos en instalaciones preparadas por la Generalitat. El objetivo principal de este centro es maximizar la valorización de los materiales y reducir al mínimo el volumen que se destina a vertederos, mediante procesos de clasificación, cribado y trituración para separar los distintos tipos de residuos. Aquellos materiales que pueden ser reutilizados o reciclados son enviados a gestores autorizados.
Además, se están explorando nuevas aplicaciones para las tierras obtenidas, mientras que los residuos no valorizables se eliminan de forma controlada en vertederos autorizados, minimizando así el impacto ambiental.
Para finalizar, el president anunció que se instalarán máquinas en el centro con el fin de deshidratar los lodos, lo que permitirá darles un nuevo uso. Esta tierra tratada se empleará en obras de construcción o en el sellado de vertederos, fomentando de este modo una economía más circular y sostenible.