Mira a Saturno, chaval

Mira a Saturno, chaval

Con la venia: ¡¡Tremenda joda la tuya!!

 

A día y medio de que arranquen las Fiestas, de repente se os descose el cariño, se raja la convivencia, y lo que era una pareja firme estalla en pedazos. Tantos y tan hirientes como los de un parabrisas en un choque frontal.
Y no sabes que hacer.
Y me llamas porque dices necesitar apoyo y consejo.
Vale, rey.

Puedo entender que ahora quieras creer que confías en mí. Pero no te recomiendo que lo hagas; no sirvo para airbag. Y menos a posteriori.
Por muy federao que yo te parezca estar en divorcios, separaciones y demás sinsabores deste género, te aseguro que las «soluciones de crisis» que usé en cada caso fueron -en su mayoría- una pila de güevonás, metidas de pata y estupideces de novato.
Es por ello que no estoy dispuesto a releer mi memorial de errores, ni a sacar tontas moralejas para disfrazarlas de consejos.
Conozco maneras mejores de aburrirme.

Tampoco quiero que me cuentes el proceso en sus detalles,
ni las anécdotas exculpatorias, ni que me des respuestas a preguntas que nadie hizo.
Prefiero ignorar el todo y «sus partes».
Y no te dejaré que te me pongas genuflexo pidiéndome explicaciones de porqué te pasa esto a ti.
A ti precisamente, que siempre has sido el bueno en todas las películas.
O sea, que no me haré cargo desa ñapa que me ofreces.

Lo único que puedo sugerirte es que te fijes en Saturno, que ha perdido sus anillos por unos días.
Pídete un telescopio, o llama al Tío Gú -que ya tendrá imágenes de la Nasa- y disfruta todo lo que puedas con la desnudez del planeta. Es una ocasión única.
Como cada jodío minuto de cada jodía eternidad.

Y entre mirada y mirada al desanillado planetita, chapúzate en las Fiestas, o pelea con tu sombra, o mete la pata hasta el corvejón con familiares y amigos, o túrbate más.
No se te va a solucionar nada, pero estarás muy entretenido y, -si sumas los errores y las resacas suficientes- el problema que ahora tienes será como aquel jersey que lavaste con agua caliente: mermará de tamaño y ya no cabrás en él.

Cierto que este es un remedio de caballo.
Pero también es una magnífica ocasión de hacer el burro. Aprovéchala tú.
Y déjame en la paz de las mascletás.

B.S.R.
¿Cómo carajo voy a recomendar una música en Magdalena?
Usad la que os pete, y que sea enhorabuena.

Manolodíaz.