Vilafamés se llena de fuego, tradición y devoción en la festividad de Sant Antoni.
El casco urbano de Vilafamés se ha transformado este fin de semana en un escenario vibrante donde el fuego, las cenizas, los animales y los rollos han sido los grandes protagonistas. La festividad de Sant Antoni, una de las más arraigadas en el municipio de la Plana Alta, llegó en una tarde helada de sábado, con un variado programa de actos para venerar al patrón de los animales.
Decenas de caballistas se reunieron para llevar a cabo el recorrido de la tradicional ‘matxà’. Espacios simbólicos como la calle Sant Antoni, la placeta dels Dolors, la Plaça de Sant Ramon, la calle Ravalet o la Plaça la Font fueron puntos clave donde los vecinos y vecinas esperaron la llegada de caballos y otros equinos a ritmo de la música de la dulzaina y el tabal. Los y las caballistas, entre cacahuetes, altramuces, figues albardaes y vino, también recogieron el rollo típico de esta fiesta, los cuales fueron bendecidos el sábado al mediodía.
En la Plaça la Font, donde cada año se enciende la principal hoguera del pueblo, la Corte de Honor 2024 repartió rollos entre la multitudinaria asistencia que marcó la tarde.
Además, los Quintos 2024 repartieron comida entre caballistas y vecinos y por la noche organizaron un espectáculo musical en el polideportivo l’Estepar. El domingo por la mañana, se celebró la procesión desde la calle Sant Antoni hasta la iglesia parroquial, donde se ofició una misa en honor a Sant Antoni.
La primera hoguera que prendió fue la organizada por la AMPA del CEIP Sant Miquel en las inmediaciones del complejo educativo. Niños y niñas de los diferentes cursos llevaron aliagas para montar la hoguera, con un concurso y premios para los que trajeron el ejemplar más grande. La hoguera de la escuela es un acto que se repite cada año. Las cenizas rápidamente ocuparon la hoguera, y el alumnado fue recompensado con chocolate caliente.
La fiesta de Sant Antoni en Vilafamés radica en la memoria y las raíces ganaderas y agrícolas de su gente, un sector económico que fue fundamental para el pueblo hasta la segunda mitad del siglo XX. El uso de equinos para las tareas del campo era esencial para la subsistencia, y a Sant Antoni se le rogaba para garantizar el buen estado de los animales.