Otro revés

Hace unos meses «los mentideros» de la izquierda castellonense, se lanzaban en tromba contra la concejal de cultura, advirtiendo que la “preciosa y ribaltera” Feria del Libro, cultivada por la coalición social-comunista-independentista, se iba a pique, demostrando (según ellos) el desprecio de la derecha hacia la cultura y los libros.

Aquellos espacios, los mentideros, en los que miembros de la sociedad deciden “juntarse” y debatir, trasladar información, magnificar o minimizar cuestiones, en función de su interés o si no queremos ser tan drásticos, en función de su visión personal, se han transformado vía redes sociales y medios de comunicación en los actuales creadores de opinión.

En el caso que tratamos hoy en esta columna, la izquierda social,  la mediática y también la política, dentro de su estrategia de intoxicación, dejan de lado las cuarenta y una ediciones que desde 1984 ha vivido esta Feria de la creación literaria y cultural en nuestra ciudad.  Con estudiados, conscientes y velados silencios, pretenden hacernos creer que ellos y solo ellos “crearon y defendieron” la anual Feria del Libro de Castellón.

La no triste sino grata realidad se impone, les guste o no, esta es la 41 EDICION. 

Cierto es que la Feria ha pasado  todo tipo de avatares. Organizada desde su principio por el Gremio de Libreros, en alguna ocasión “Gremi de Llibreters”, siempre ha contado con el apoyo de las Instituciones y en especial del Ayuntamiento.

Y también, por qué no decirlo, con problemas para su ejecución y desarrollo, recuerdo perfectamente una reunión en el Casino Antiguo de Castellón (que en aquella época todavía no era Real) en el año 1992, en la que los libreros planteaban al Ayuntamiento la imposibilidad de poder sacar la Feria a la calle. La buena voluntad de unos y otros y el apoyo económico de la institución municipal desde su Concejalía de Cultura, lo evitó y Castellón siguió disfrutando de la promoción en la calle del necesario, entrañable y base de la cultura LIBRO.

Hemos tenido, cambios de emplazamiento, cambios de formato, casetas o macro carpa y todo tipo de aventuras, participaciones de autores y desarrollo de actividades paralelas, pero siempre, siempre por encima de todo, el compromiso por la potenciación, promoción y defensa de la lectura como herramienta fundamental de la cultura y el conocimiento.

Aquellas primeras Ferias del Libro del siglo XVI que solo reunían a autores, impresores y lectores profesionales, evitando estar abiertas al público en general y en las que las órdenes religiosas marcaban la pauta, dieron paso a importantes concentraciones de libros, editores, autores y lectores.

La democratización de la lectura, del saber y de la cultura propiciado por el Siglo XX, llevó a los nuevos planteamientos de las Ferias.

Madrid arrancó su recorrido en 1933 en el Paseo de Recoletos, le seguirían otras poblaciones de toda la geografía nacional —Sevilla, Barcelona, Valencia y un largo etcétera— hasta ser cita obligada en la práctica totalidad de provincias.

Al mismo tiempo que los referentes internacionales como el “Salón du livre de París» con más de mil autores francófonos e internacionales y trescientas editoriales en su última edición o la “Frankfurter Buchmesse” que supera los cuatro mil expositores, con la participación de casi setenta países y que es capaz de registrar cifras de visitantes de hasta doscientos mil.

Este año en Castellón, ante las dudas y los problemas del Gremio, el Ayuntamiento asume el compromiso de la alcaldesa Begoña Carrasco y por medio de su concejal de cultura María España convoca a Instituciones, Libreros, Editoriales y Autores y en un alarde de buena gestión, consensuada con los principales actores, presenta una Feria del Libro en la Plaza de Santa Clara con más de un centenar de actividades en torno a la lectura y para todos los públicos, destacando una elevada y cuidada presencia de escritores y escritoras.

El pasado viernes, la alcaldesa, la concejal de cultura con los escritores Eloy Moreno y Blue Jeans, acompañados por representantes de la Universidad, Diputación, y Generalitat Valenciana, así como de la sociedad civil, daban el pistoletazo de salida, en contra de los deseos de los agoreros, a una feria del libro que durara hasta el 4 de mayo y que siempre llevará el marchamo de ser la primera edición organizada por el Ayuntamiento de Castellón.

Compromiso cumplido con la lectura, la cultura y el pueblo de Castellón.

Lo más ilusionante y emocionante la cola de jóvenes que se formó apenas finalizar el acto, para que les firmaran libros los autores allí presentes.

Un nuevo revés para los agoreros de izquierdas (solo y exclusivo para los agoreros) ¡Larga vida al LIBRO!

Miguel Ángel Mulet i Taló