Para los socialistas, "Castelló no merece una alcaldesa que se somete a la ultraderecha al respaldar los insultos de Vox hacia los socialistas en los plenos".
La sesión plenaria del Ayuntamiento de Castellón se convirtió en un escenario de controversia tras los graves insultos proferidos por el concejal de Familia y portavoz adjunto de Vox, Alberto Vidal, contra el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Vidal acusó al PSOE de ser un partido de “asesinos, corruptos y puteros”, unas declaraciones que han desatado una fuerte reacción por parte de la oposición socialista, que critica la «pasividad» de la alcaldesa, Begoña Carrasco, ante lo que consideran una humillación a la institución municipal y un discurso de odio.
Según Puerta, la permisividad de Carrasco demuestra “su sumisión a la ultraderecha”, permitiendo que el pleno municipal, “la casa de toda la ciudadanía, se haya convertido en un foro de discursos de odio y xenofobia sin límite alguno”. La socialista calificó la intervención de Vidal como “vergonzosa y vomitiva” y acusó a la alcaldesa de no instar al edil a retractarse, defendiendo sus palabras como “libertad de expresión”.
El incidente tuvo lugar durante el debate de una moción presentada por el PSPV-PSOE para instalar una placa en memoria de las mujeres represaliadas durante el Franquismo en el Patronato de Protección a la Mujer. En su intervención, Vidal, con lo que Puerta describió como “la mirada cómplice de Begoña Carrasco”, propuso de manera despectiva colocar una placa en la sede del PSOE con la inscripción: “Sede del Partido Socialista: 200 años de asesinos, corruptos y puteros”.
Estas palabras han sido calificadas por la portavoz socialista como merecedoras de una denuncia judicial.
En el apartado de ruegos y preguntas del pleno, Puerta expresó su indignación ante la «falta de reacción de la alcaldesa», quien, según la socialista, no solo no condenó las palabras de Vidal, sino que las justificó afirmando que las intervenciones del equipo de gobierno fueron “respetuosas”. Para Puerta, esta actitud refleja “el grado de sumisión de Carrasco a sus socios de Vox”, socios que forman parte del gobierno municipal junto al Partido Popular (PP).
La tensión en el pleno de Castelló se enmarca en un contexto de creciente polarización política en la ciudad, donde el pacto de gobierno entre el PP y Vox ha generado críticas por parte de la oposición. El pleno municipal es un espacio destinado al debate de mociones y propuestas para el beneficio de la ciudadanía, pero en esta ocasión, el tono del discurso derivó en ataques personales que han sido ampliamente cuestionados.
Este episodio ha reavivado el debate sobre los límites de la libertad de expresión en los plenos municipales y el papel de los alcaldes en la moderación de los debates. Los plenos deben ser espacios de respeto y diálogo, y los regidores tienen la responsabilidad de garantizar que las intervenciones no vulneren la dignidad de los participantes ni promuevan discursos de odio.
Finalmente, Patricia Puerta, insistió,
No resultó sorprendente la reacción de Begoña Carrasco, quien calificó las declaraciones de sus socios de gobierno como un ejercicio de ‘libertad de expresión’ y afirmó que las intervenciones del equipo de gobierno en el pleno fueron ‘respetuosas’.
Sin embargo, Puerta considera que, lejos de ser respetuosas, las palabras, especialmente las del concejal de Familia, son motivo suficiente para llevar el asunto a los tribunales. Concluye.
