La brigada municipal de Segorbe ha implementado un nuevo tratamiento para eliminar el picudo rojo en las palmeras del manantial de La Esperanza.
La brigada municipal del Ayuntamiento de Segorbe ha implementado un nuevo tratamiento ecológico basado en nemátodos para combatir la plaga del picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) en las palmeras del paraje del manantial de La Esperanza. Esta iniciativa se enmarca en los esfuerzos continuos por preservar este entorno natural, utilizando métodos sostenibles que respeten la normativa fitosanitaria vigente, especialmente en áreas cercanas a acuíferos como el manantial.
El tratamiento, llevado a cabo por el personal municipal, ha consistido en la aplicación de aproximadamente diez millones de nemátodos entomopatógenos, una alternativa natural que evita el uso de productos químicos prohibidos en zonas próximas a fuentes de agua. Según la información proporcionada por el Ayuntamiento, esta técnica se ha ejecutado aprovechando las condiciones climatológicas óptimas de humedad y temperatura, esenciales para que los nemátodos, específicamente Steinernema carpocapsae, proliferen y actúen eficazmente como parásitos del picudo rojo, un insecto que representa una seria amenaza para las palmeras al alimentarse de su tejido interno.
El procedimiento ha sido supervisado y recomendado por un técnico especialista en sanidad vegetal, quien ha adaptado las directrices al contexto específico del palmeral de La Esperanza.
Los nemátodos entomopatógenos son una herramienta efectiva tanto en tratamientos preventivos como curativos, especialmente en fases iniciales de infestación, siempre que se apliquen en el momento adecuado del año, como el período de octubre a mayo, coincidiendo con las condiciones actuales en Segorbe.
El concejal de Medioambiente, Vicente Hervás, ha subrayado el compromiso del consistorio con la protección de este emblemático espacio: “El Ayuntamiento continuará combatiendo esta plaga sin descanso hasta erradicarla del preciado paraje de La Esperanza, siempre buscando el asesoramiento de especialistas en la materia y utilizando las técnicas más adecuadas para no perjudicar al manantial”. Hervás también ha enfatizado la importancia de preservar el equilibrio ecológico de la zona, un criterio alineado con las normativas fitosanitarias nacionales y autonómicas que regulan el uso de productos en entornos sensibles.
De acuerdo con el Plan de prevención y control de Rhynchophorus ferrugineus de la Comunitat Valenciana, el uso de nemátodos se ha consolidado como una solución biotecnológica viable frente a los tratamientos químicos tradicionales, como el imidacloprid o el acetamiprid, cuya aplicación está restringida en áreas cercanas a acuíferos por su potencial impacto ambiental.
El picudo rojo, detectado por primera vez en la Comunitat Valenciana en 2004, ha causado estragos en palmerales de toda la región mediterránea, afectando principalmente a especies como Phoenix canariensis y Phoenix dactylifera.
La Esperanza, con su valor paisajístico y ecológico, no ha sido ajena a esta amenaza, lo que ha motivado una respuesta municipal centrada en la sostenibilidad. Este tratamiento se suma a otras medidas preventivas, como la poda controlada en meses fríos (diciembre a febrero) y el monitoreo constante de síntomas como hojas caídas o decoloradas, que indican la presencia de la plaga.
Fuentes oficiales, como el Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, avalan el uso de Steinernema carpocapsae como una opción autorizada para el control del picudo rojo, destacando su eficacia y su bajo impacto en el medioambiente. Asimismo, la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana respalda este tipo de iniciativas como parte de una estrategia integral que combina lucha biológica y conservación del patrimonio natural.
Con esta acción, Segorbe reafirma su compromiso con la protección de su palmeral, un esfuerzo que no solo busca erradicar al picudo rojo, sino también garantizar la salud de un ecosistema único en armonía con las exigencias medioambientales del siglo XXI.