Las muestras obtenidas en diciembre por Arqueocas viajaron a un laboratorio de Miami (Florida) para obtener su datación por radiocarbono, situando los restos óseos se sitúan en el último tercio del siglo VIII
La Villa de El Toro ha descubierto en La Solana, una zona de su término municipal, una de las necrópolis andalusíes más antiguas de la provincia. “Este hallazgo supone una revolución en nuestro conocimiento sobre estas poblaciones, lo que nos permite profundizar en nuestros orígenes, gracias a la datación realizada en EEUU”, ha afirmado emocionado el alcalde, José Arenes.
El descubrimiento, calificado como “un hito”, se dio tras meses de investigaciones discretas. En noviembre, tras las lluvias torrenciales, se hallaron restos óseos en la carretera CV-240, entre Barracas y la Villa de El Toro. “Nos movilizamos rápidamente para investigar el origen de los restos, ya que inicialmente se pensó que podrían estar relacionados con la Guerra Civil Española. Sin embargo, el trabajo de los arqueólogos ha permitido identificar un yacimiento que data nada menos que del siglo VIII”, ha explicado Arenes.
Los trabajos, dirigidos por la empresa Arqueocas, continuaron durante diciembre, y se tomaron muestras de los restos de uno de los individuos enterrados, que fueron enviadas a los laboratorios Beta Analytic en Miami, Florida (EEUU). “Los análisis de radiocarbono, conocidos como carbono 14, confirmaron que los restos datan del último tercio del siglo VIII”, ha añadido el alcalde. José Albelda, gerente de Arqueocas, lo considera “una revolución en el conocimiento del poblamiento andalusí de la comarca”.
Albelda también destaca la relevancia científica de estos hallazgos. Los árabes llegaron a la Península en 711, y los restos de La Solana son cercanos a este momento histórico. “La presencia de comunidades andalusíes en el Alto Palancia ya en el siglo VIII sugiere que estamos ante los primeros grupos árabes establecidos en la comarca”, ha explicado.
El alcalde ha subrayado la importancia del hallazgo para los vecinos y para la arqueología. “Queremos que este yacimiento se catalogue e inventarie por parte de la Conselleria de Cultura para su preservación y estudio. Queremos conocer más sobre nuestra localidad y nuestros antepasados”, ha indicado.
En cuanto al hallazgo, los arqueólogos han documentado diez sepulturas en la necrópolis andalusí, que incluyen tumbas de mujeres, hombres y niños. “Podemos afirmar que se trata de una necrópolis de rito andalusí, donde los individuos fueron enterrados sobre su costado derecho, con el rostro orientado hacia el sureste, hacia la ciudad sagrada de La Meca”, ha explicado Albelda. Las tumbas fueron cubiertas con grandes losas de piedra calcárea gris.
La presencia de mujeres, hombres y niños sugiere que formaban parte de una comunidad estable y asentada en la zona, que explotaba los recursos locales, según ha comentado René della Canonica, codirector de la intervención.
Durante diciembre, los arqueólogos se dedicaron a retirar la capa vegetal que cubría la zona más cercana al talud de la carretera para explorar posibles restos adicionales. Estas labores permitieron concluir que la necrópolis se extiende por un área más grande que la investigada, que fue parcialmente destruida durante la construcción de la carretera CV-240.