La imagen del santo ha sido llevada a hombros por los quintos, en un acto lleno de significado y tradición
Vall d’Alba ha vivido este domingo una de sus jornadas más especiales y participativas con la tradicional romería a la ermita de Sant Cristòfol, que ha reunido a numerosos vecinos y visitantes en un ambiente de convivencia y hermandad.
Desde primera hora de la mañana, los asistentes se han congregado en la plaza Mayor, frente al Ayuntamiento, donde han recogido el pañuelo distintivo antes de iniciar la peregrinación, encabezada por la imagen del santo tallada en madera. El acto ha comenzado con una exhibición de bailes regionales a cargo del Grup de Danses de la Valldalba, que ha puesto el toque festivo y tradicional al inicio del recorrido.
Tras el canto de los tradicionales ‘gozos’, la alcaldesa Marta Barrachina ha colocado el pañuelo a la imagen del santo y ha abierto la comitiva que ha ascendido hasta la ‘muntanyeta’ de la Albea, acompañada por autoridades municipales, las reinas de las fiestas y sus damas de honor, así como una gran representación vecinal. La imagen del santo ha sido portada a hombros por los quintos, en un gesto cargado de simbolismo.
“Esta jornada es muy especial para Vall d’Alba, porque la romería de Sant Cristòfol es mucho más que una tradición: es un símbolo de nuestra identidad, un acto que nos une como pueblo y fortalece los lazos entre generaciones”, ha destacado la alcaldesa, quien también ha querido agradecer el esfuerzo de todas las personas, entidades y asociaciones que han contribuido al éxito de la jornada.
Ya en el ermitorio, la celebración ha continuado con una paella monumental para más de 1.500 comensales, además de baile popular y actividades infantiles, que han completado una jornada festiva marcada por la participación y el sentimiento colectivo.
