10 años de Guardería Rural en el Mijares

10 años de Guardería Rural en el Mijares

Se cumplen 10 años de guardería rural del Consorcio del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares

Trabajan los 365 días del año para vigilar un espacio natural fluvial de 490 hectáreas ubicado en los términos municipales de Burriana, Almassora y Vila-real

El servicio de guardería rural del Consorcio del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares formado por los ayuntamientos de Burriana, Almassora, Vila-real, la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana cumple 10 años de vida desde que fue creado en el año 2009 con el objetivo de velar por la protección y la conservación del paraje natural fluvial más importante de la provincia de Castellón. Cinco años antes del nacimiento de este servicio de vigilancia, la Generalitat Valenciana aprobó la creación del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares en 2005. En la actualidad también es Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA ), Lugar de Interés Comunitario (LIC), Zona Húmeda de la Comunidad Valenciana, Refugio de Caza y espacio natural incluido en la Red Europea Natura 2000. Desde hace 10 años los guardas rurales del Consorcio Gestor del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares trabajan a turnos durante los 365 días del año: mañanas, tardes y fines de semana. Tienen 490 hectáreas de espacio natural fluvial para vigilar y mucha responsabilidad en cuanto a la preservación de la fauna, la flora, los recursos hídricos y el control del patrimonio artístico y etnográfico. El Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares cuenta con un Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) desde el año 2012 que regula todas las actividades que se pueden realizar en el paraje. La guardería rural tiene la obligación de velar por su cumplimiento. Durante los últimos 10 años el trabajo de sus profesionales no siempre ha sido fácil. «Durante los primeros años encontrábamos una enorme cantidad de vertidos ilegales en todas partes y en las dos vertientes del río, en los términos municipales que forman el Consorcio: en Vila-real, Burriana y Almassora. Alguna gente estaba acostumbrada a tirar todo lo que no quería al río y continuaba haciéndolo. Y hablamos incluso de vertidos muy grandes. Otro de los grandes problemas que nos encontramos fue la ocupación ilegal de la zona de los Alters. Levantaban viviendas en un lugar donde está prohibido construir. La caza y la pesca ilegal es otra de las cosas que también nos ocupó durante los primeros años de servicio. Todas las infracciones desde que existe el servicio han ido disminuido de manera considerable», detalla Javier Rodríguez, guarda rural del Consorcio del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares. Su manera de actuar es muy metódica y profesional. Cuando encuentran alguna actividad ilegal ubican el lugar de los hechos por medio del GPS, hacen varias fotografías, llenan un modelo de ficha y anotan todo lo que han visto. Si se trata de un vertido de escombros, avisan al servicio de mantenimiento del Consorcio para que limpie unos días después pero si se trata de un delito medioambiental grave, avisan al Servicio de Protección de la Guardia Civil, SEPRONA y a la Policía Local del municipio afectado. Si es un fuego lo que amenaza la integridad del paraje activan el protocolo de emergencia llamando al 112.

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Vigilantes los 365 días del año
La ocupación prioritaria de la guardería rural del Consorcio es la vigilancia. Controlan las actividades permitidas como la pesca fluvial continental e informan de otras prohibidas como la caza. Durante los meses de primavera y verano el trabajo de los guardas aumenta considerablemente. Hay mucha más gente por todas partes del paraje y su ir y venir por toda la desembocadura es continua. También es el período más delicado en cuanto a la población nidificante de aves. Cientos de ellas crían sus pollos desde el mes de marzo hasta finales del verano. La Guardería realiza continuas tareas de información para evitar molestias. Otra de las tareas importantes que hacen es la información a cualquier tipo de visitante: familias, excursionistas, deportistas, pescadores y observadores de aves de entre otros colectivos. Entre el abanico de trabajos que desarrollan también está el seguimiento y censo de especies de fauna protegidas como el galápago europeo, el galápago leproso, la nutria y otros pequeños carnívoros que habitan en los márgenes del río que consiguen fotografiar por medio del foto trampeo. El control de las especies invasoras como la tortuga de Florida y el visón americano también forma parte de su contacto con la fauna salvaje. Durante los 10 años de vigilancia, la guardería del Consorcio del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares ha sufrido algunas amenazas de usuarios del espacio fluvial pero también ha recibido multitud de gratificaciones.