¿Quién no ha tenido ansiedad alguna vez en su vida? ¿Quién no se ha preocupado y vivido como si fuese algo aterrador una situación que luego nos parecía absurda? La ansiedad es un monstruo en nuestra cabeza que podemos dominar con humor, ignorándola o simplemente aprendiendo a convivir con ella.
¿Alguna vez has sentido como si tuvieras a un hámster corriendo en una rueda en tu cabeza? ¿O que tienes a todo el equipo de baloncesto de la selección española dando saltitos de calentamiento en tu estómago? Si experimentas algo así, no te preocupes, no estás solo, vives con la ansiedad, ese pequeño monstruo en mi cabeza con contrato indefinido y a tiempo completo, que como si fuera Sheldon Cooper, nunca se toma vacaciones.
La ansiedad es como ese amigo incómodo que te manda audios de 4 minutos todos los días y le da igual la hora que sea o si estas trabajando, él te manda el audio para recordarte que está presente en tu vida, y aunque intentes esquivar el momento de escucharlo, no puedes evitarlo, siempre acabas poniendo el audio aunque sea a velocidad 2.
Enfrentarte a la vida cotidiana puede ser un desafío digno de un maestro de artes marciales, cuando vives con la ansiedad ir al supermercado puede ser igual que pertenecer a la comunidad del anillo y el supermercado se convierte en Mordor. Desde elegir una marca de pasta de dientes hasta tocar todos los aguacates para saber si están o no suficientemente maduros parece que tenga un impacto descomunal en el universo.
Y luego están las reuniones sociales, ese temido territorio lleno de desconocidos y pequeñas charlas más o menos intelectuales, cuando vives con el pequeño monstruo de la ansiedad, una inocente pregunta de ¿Cómo estás? Se convierte en una crisis existencial ¿Debería de decir la verdad? o ¿Debería de fingir y ser políticamente correcta y contestar un tímido “bien gracias”?
La ansiedad también es una maestra en el manejo del tiempo. ¿Recuerdas cuando esperabas esa llamada importante? Bueno pues la ansiedad ralentiza el tiempo tanto que hace que Usaint Bolt parezca una tortuga con resaca y hace que saltes en cada llamada de teléfono como si te hubiese tocado la lotería. Y luego por supuesto empiezas ¿Y si es una mala noticia? ¿Me dirán que no? ¿Seré capaz de decir yo que no? La ansiedad existe en esos momento para darle emoción a tu vida telefónica.
Que sí, que la ansiedad es molesta, incomoda y no te permite disfrutar tanto como te mereces de las pequeñas cosas de la vida, pero escúchame no hay nada perdido, aquí te dejo unos consejos:
Consejos para aprender a domar a la fiera de la ansiedad:
1- Si no puedes combatir la ansiedad ignórala, ¿Sabes la gente que vive cerca de un aeropuerto? Cuando tu vas a su casa te preguntas como puede vivir con ese ruido y te responderá ¿Qué ruido? Pues con la ansiedad lo mismo, pasa de ella, cuando te quieras dar cuenta se habrá marchado aburrida de ser ignorada.
2- Todos sabemos lo del ejercicio físico, sabemos que reduce la ansiedad y el estrés, pero si no eres un deportista consumado ni te entusiasma lo de enfundarte en unas zapatillas de deporte, no te preocupes, deja el ejercicio intenso para esa élite de personas a las que no pertenecemos, nosotros tenemos otro truco, cuando te entre la ansiedad haz cálculos matemáticos, calcula multiplicaciones, suma tu carro de compra y luego multiplícalo por dos pero con decimales y todo o calcula cuanto gastarías en cada cosa que comprarías si te tocará la lotería y ve sumándolas, lo que quieras que le complique a la ansiedad estar en tu cabeza.
3- La ansiedad puede hacer que te preocupes por todo y nada a la vez. Pero, ¿sabes qué? Puedes convertir tus preocupaciones en algo productivo. Haz una lista de todas las cosas absurdas por las que te preocupas y organízalas en categorías. ¡Pronto te darás cuenta de lo ridículas que son algunas de ellas! Incluso podrías crear un libro de «Preocupaciones Absurdas» y convertirte en un autor famoso. Como dice Marian Rojas y está científicamente demostrado el 94,1% de las cosas que nos preocupan nunca suceden, así que revisa de vez en cuando tu lista y veras como te has preocupado y sufrido como si fuera real de cosas que nunca han acabado sucediendo.
4- Cuando te sientas especialmente ansioso, imagina que estás en un concurso de televisión llamado ‘¿A quién le importa?’ Cada vez que te preocupes por lo que piensan los demás, pregúntate: ‘¿A quién le importa?’ y responde con entusiasmo: ‘¡A nadie!’ Recuerda, tú eres el protagonista de tu propia vida, y los demás son solo espectadores de relleno.
5- La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo frente a situaciones percibidas como amenazantes o estresantes. Es una emoción común que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Esto nos lleva a dos soluciones, deja de percibir amenazas o peligros que no lo son, cambia ese pensamiento y escribe mentalmente un capítulo de los Simpson de esa situación, veras como deja de parecerte amenazante, y recuerda que todos en algún momento en mayor o menor medida vivimos la ansiedad, así que no hay nada de que avergonzarse, aprende a normalizarlo verás cuanta gente te prestará su apoyo, es más, seguro que de esa manera ayudas a alguien que verá que no está solo.
La ansiedad puede ser un desafío, pero también es una parte de ti. Aprender a lidiar con ella con humor puede ser una excelente manera de tenerla bajo control.
Lidia Martí. Psicóloga