¡A las Armas! Por la Justicia Social

¡A las Armas! Por la Justicia Social

Llegará. Los vecinos se irán uniendo a gritos a una muchedumbre enfervorizada, sedienta de justicia social, que ocupa las calles. Los más temerosos se mantendrán en sus casas, a oscuras, evitando la algarabía callejera. Solo llevarán palos, cuchillos, armas arrojadizas, pero la fuerza de la justicia la llevan dentro. No quieren más que poder comer,...

Llegará. Los vecinos se irán uniendo a gritos a una muchedumbre enfervorizada, sedienta de justicia social, que ocupa las calles. Los más temerosos se mantendrán en sus casas, a oscuras, evitando la algarabía callejera. Solo llevarán palos, cuchillos, armas arrojadizas, pero la fuerza de la justicia la llevan dentro. No quieren más que poder comer, que no les roben la comida, su trabajo, su vida. Y no distinguirá ni edad ni sexo, mujeres y hombres juntos contra una máquina perfecta de opresión que domina España y que les amenaza con la ruina. Llegará ese momento en que todos estén frente al ejército, sobre el puente del río Mijares, decididos a luchar contra la tiranía y por la libertad.

Ese día llegó. Pudiera parecer que las circunstancias actuales son parecidas. Pero ya se han producido situaciones similares a lo largo de nuestra historia. Una de ellas fue el 9 de marzo de 1810. Un levantamiento popular, del pueblo, sí; espontáneo, por la libertad y la justicia social. Eso es lo que debemos recordar cada año por estas fechas.

Goya inmortalizó unos hechos similares en Madrid, el 2 de Mayo. Traver lo ha hecho para Castellón, el 9 de Marzo. Fue un acto democrático, un grito a la libertad, a la igualdad, a la revolución. Una lucha con sangre, con valor, sin medios. Una lucha contra el tirano, contra el opresor, contra un ejército armado. Y murieron personas, vecinos, ciudadanos. No fue un día más, fue el día de la libertad en la historia de Castellón. Ciento cincuenta vecinos de Castellón, Almazora y Vila-real murieron heroicamente luchando contra la caballería napoleónica del general Suchet. Otros tantos heridos por las bayonetas caladas de los soldados. La memoria de aquellos que dieron su vida por nuestra libertad, por nuestra democracia, por la Constitución de 1812, la más amplia jamás vista en España, no debe desaparecer. Es un ejercicio de memoria histórica, de la buena, de la que avanza en positivo. Es un ejercicio de dación hacia los demás.

Deberíamos aprender de aquellos centenares de personas, vecinos de las tres ciudades, que con palos y cuchillos se enfrentaron a un ejército armado y a caballo. ¿lo harían hoy Ustedes?

Vicente Javier Más Torrecillas

Presidente de la Asociación Gregal. Estudios Históricos

Doctor en Historia Contemporánea

Académico de la Real Academia de Cultura Valenciana