Los guardas civiles Pedro Ortega y Antonio Giménez murieron al intentar salvar un carruaje de pasajeros en las riadas que se generaron en Oropesa del Mar en el año1850.
A lo largo de la mañana del día de hoy la Guardia Civil de Castellón ha festejado en un acto solemne en el Barranco de Bellver un hecho memorable que honra a todo el Cuerpo, en recuerdo de los primeros guardias civiles que perdieron la vida en un servicio humanitario.
La noche del catorce de septiembre de mil ochocientos cincuenta, hace ahora 172 años, la tempestad y las lluvias torrenciales terminaron por hacer impracticables los caminos de la localidad de Oropesa del Mar, cuando la diligencia-correo que iba dirección a la capital de España cayó por el barranco de Bellver, los guardias civiles Pedro Ortega y Antonio Giménez no vacilaron en abalanzarse acantilado abajo a pesar de la riada para tratar de ayudar a los accidentados, sacrificando sus vidas y muriendo en el intento junto con las personas que iban en el carruaje.
Al acto ha asistido el Coronel Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Castellón, la primera edila de Oropesa del Mar, y un número reducido de miembros de la Comandancia.
Los servicios humanitarios son un pilar en la base de la creación del cuerpo de la Guardia Civil, como su propia Cartilla Fundacional confía en el artículo 6º,
El Guardia Civil no debe ser temido sino de los malhechores; ni temible, sino a los enemigos del orden. Procurará ser siempre un pronóstico feliz para el afligido, y que a su presentación el que se creía cercado de asesinos, s e vea libre de ellos; el que tenía su casa presa de las llamas, co nsidere el incendio apagado; el que vea su hijo arrastrado por la corri ente de las aguas, lo crea salvado; y por último, siempre debe velar por la propiedad y seguridad de todos.
Concluyen desde la Dirección General de la Guardia Civil-Comandancia de Castellón.