La indiferencia de las autoridades municipales ante la degradación de las instalaciones de Viveros Molina, foco de chabolismo y degradación.
La espesura de los árboles de las celebraciones por una parte, del centenario de la coronación de la Mare de Déu del Lledó, y por otra, del jubiloso ascenso a la Segunda División del Club Deportivo Castellón, ha escondido el bosque de las muchas de las carencias urbanas que sufre la ciudad desde hace años. Y una consecuencia de ellas se daba el lunes pasado, horas antes de la fiesta albinegra en la plaza Mayor, con el incendio (una vez más) de las destartaladas instalaciones abandonadas de Viveros Molina, junto al cementerio municipal de San José.
Un foco de degradación urbana y de chabolismo prácticamente desde que se cerró la empresa allá en el año 2008 con la indiferencia y el desinterés de los poderes públicos, que han sido incapaces de actuar de oficio, que se puede, y dar una completa solución a una mancha de pobreza y marginación en el casco urbano castellonense y muy cerca de la necrópolis que es visitada diariamente por muchos castellonenses.
Han sido varias las corporaciones municipales, tanto del PP como del PSOE, que han mirado a otro lado o se han puesto de perfil a la hora de afrontar una lamentable realidad en la que se une marginalidad, exclusión social, suciedad, insalubridad y riesgo demostrado de incendios.
El nuevo equipo de Gobierno del Partido Popular del Ayuntamiento de Castellón, que en algunos aspectos ha mostrado un discurso disruptivo y envalentonado desde su toma de posesión, en otros ha mostrado la atávica indolencia que caracteriza a equipos que no saben ni quieren gestionar.
Con una alcaldesa, Begoña Carrasco, que ha querido monopolizar la gesta del Club Deportivo Castellón para beneficio propio, incluso opacando a la concejala de Deportes, Mayca Hurtado, el consistorio, con sus funcionarios, la mayoría serviles, sigue la tónica de no avanzar, de mantener una estructura organizativa y mental de hace muchas décadas y no supeditada a los grandes retos y a las grandes soluciones que necesita una gran ciudad como es Castellón.
Vicente Cornelles Castelló
Escritor y Periodista