Publicado por DIEGO BUENOSVINOS en okdiario 14/11/2021
Un grupo de menas en Vinaroz (Comunidad de Valencia), secuestró a una joven a punta de navaja para atracarla
Un violento magrebí propina una brutal paliza a un policía por pedirle que se ponga la mascarilla
Uno de los 12 marroquíes arrestados agredió a un guardia civil dentro del avión
Nueva agresión a la Guardia Civil. En este caso se produjo el pasado fin de semana cuando dos guardias civiles en prácticas fueron «acorralados» cuando se encontraban fuera de servicio, tomando algo en la discoteca Ébano de Peñíscola (Castellón). Al parecer los agentes de la Benemérita fueron reconocidos como miembros del Cuerpo y comenzaron a increparles un grupo de cinco personas -inicialmente- de varias nacionalidades, predominantemente marroquíes, siendo conocidos popularmente como delincuentes habituales de la zona. “Os esperamos fuera”, fue la amenaza inicial.
Ante esto, los agentes decidieron no salir de la discoteca y esperar al cierre de la mismo con la confianza de que se hubieran marchado, pero les estaban esperando. Fue entonces, al cierre del local cuando salieron y al grito de “¡aquí mandamos los árabes!”, recalcando que la Guardia Civil ahí no pintaba nada, comenzaron a agredir a los agentes.
Pero en realidad el trasfondo de este deleznable suceso tiene una connotación política ya que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado esperan la reforma de la Ley 4/2015 de Seguridad Ciudadana puesto que la inseguridad jurídica en estos momentos están derivando en una falta total de respeto hacia los agentes, sean guardias civiles o policías.
Este periódico publicó recientemente que las agresiones físicas a la Policía y la Guardia Civil habían aumentado más de un 12% desde que el presidente Pedro Sánchez está en la Moncloa gracias a los votos (por apoyo o abstención) de comunistas, nacionalistas, separatistas y proetarras.
Así, los ataques computados a la Policía Nacional ascendieron el año pasado a 8.092, un 12,5% más (900) que en el ejercicio de 2017 (7.192), el último año completo de Mariano Rajoy en el poder, puesto que a mediados de 2018 fue desbancado por el propio Sánchez a través de una moción de censura. Por otra parte, se registraron 3.111 agresiones físicas a la Guardia Civil, un 14,6% más que en 2017, cuando se contabilizaron 2.713, es decir, 398 menos. Por su parte, en el año 2018 hubo 7.143 ataques a la Policía Nacional y 2.824 al Instituto Armado, y en 2019 fueron 7.503 y 2.954, respectivamente.
Los datos ofrecidos indican que fueron diez los detenidos como participantes de la agresión entre los que destacan un dominicano, converso al islam, y federado en boxeo, que no sólo se dedicó a proferir a los agentes numerosos golpes, sino que arengó al resto para que se sumaran a la paliza.
El Ministerio del Interior que dirige el socialista Fernando Grande Marlaska se comprometió en septiembre a crear en la Policía Nacional y en la Guardia Civil grupos específicos para perseguir delitos de odio, en las unidades centrales y provinciales de información. Además, dijo que desarrollaría herramientas para evaluar el riesgo de las víctimas. Pero, ¿y cuando el odio es contra la Guardia Civil? ¿Quién les protege?
Otros incidentes
El viernes, un grupo de menas –menores extranjeros no acompañados- fueron detenidos por la Guardia Civil, siendo éstos, además, viejos conocidos por los agentes por sus continuas fechorías. En concreto, ese día recibieron un nuevo aviso: habían secuestrado a una joven a punta de navaja y se la habían llevado por los cajeros para atracarla.
Una vez que fueron detenidos y pasaron a disposición judicial, el juez ordenó que uno de los Mena fuera trasladado al Centro de Menores de Vinaroz (Comunidad Valenciana). Fue entonces, cuando se procedió al ingreso de este menor extranjero no acompañado cuando comenzó a autolesionarse con un cuchillo parecido a los que se usan para la mantequilla. Cuando los agentes intentaron reducirle, el menor lesionó a una guardia provocándole un corte en un dedo de la mano. Después, fue contra el otro agente a quien le clavó el cuchillo en el muslo de la pierna, aunque este no llegó a traspasar la carne al ser de punta roma.
Un grupo de menas en Vinaroz (Comunidad de Valencia), secuestró a una joven a punta de navaja para atracarla