Entre las novedades destaca que la calle Herrero de Castellón se reducirá a un carril para ampliar las aceras y aumentar la vegetación.
La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Castelló aprobó este miércoles el nuevo proyecto de Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado con los fondos europeos Next Generation.
Este proyecto fue rediseñado por el actual equipo de gobierno para adaptarlo a la ciudad, contando con la participación ciudadana.
En este nuevo enfoque, se ha decidido que ninguna de las calles integradas en el perímetro de la ZBE restringirá el tráfico de vehículos, lo que significa que se mantendrá la circulación. Además, se han conservado más de 200 plazas de aparcamiento para los vecinos y se ha añadido más arbolado y zonas verdes.
Este proyecto representa una «mejora sustancial para los vecinos», ya que verán transformados más de 745,000 metros cuadrados sin que afecte negativamente a la accesibilidad a sus viviendas o lugares de servicios. Los trabajos comenzarán a ejecutarse por fases de manera inminente y deberán estar concluidos antes del 31 de diciembre de 2025.
El Ayuntamiento de Castelló ha ajustado este proyecto de ZBE para cumplir con los requisitos de Europa en cuanto a las Bajas Emisiones, al tiempo que ha tenido en cuenta las necesidades de los vecinos y empresarios de la ciudad. Esto permite aprovechar los 8 millones de euros en fondos europeos previstos para mejorar la infraestructura y servicios públicos de Castelló sin restringir el tráfico.
La alcaldesa, Begoña Carrasco, junto con varios concejales y representantes del ejecutivo local, así como técnicos municipales y miembros de la empresa adjudicataria, presentó el nuevo proyecto de Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado con los fondos europeos Next Generation.
Carrasco destacó que el rediseño de la ZBE es una muestra de que con determinación se pueden lograr cambios significativos. A pesar de la obligación de establecer una ZBE por la normativa europea, el Ayuntamiento pudo transformar el proyecto para adaptarlo a las necesidades de la ciudad y evitar la pérdida de los 8 millones de euros de financiación europea. Se logró una prórroga que permitirá la ejecución del proyecto antes del 31 de diciembre de 2025.
La alcaldesa subrayó la importancia de las reuniones con los vecinos, en las que se buscó convertir una norma obligatoria en una oportunidad para mejorar Castellón.
El objetivo es crear un espacio más moderno y accesible para el disfrute de los ciudadanos.
Desde que el actual equipo de gobierno asumió su cargo en junio de 2023, se llevaron a cabo múltiples reuniones con el equipo técnico del Ayuntamiento, la empresa adjudicataria y la participación ciudadana directa para revisar y proponer un nuevo modelo de ZBE que fuera menos impactante para los residentes, el comercio, la hostelería y los vecinos en general.
Previo a la aprobación de este proyecto, hemos mantenido reuniones con asociaciones de vecinos y residentes directamente afectados. Más de 200 personas han querido participar y hacer sus aportaciones, las cuales hemos tenido en cuenta. Es importante destacar que Castellón no tiene los niveles de contaminación de Madrid o Barcelona. Afortunadamente, nuestras mediciones no nos sitúan en niveles contaminantes, y queremos mantenerlo así. El nuevo proyecto no restringe el acceso de vehículos de manera permanente, solo en momentos específicos y cuando los medidores de calidad del aire lo indiquen. En esos casos, se limitarán los accesos de forma temporal.
Explicó Carrasco.
El concejal de Seguridad Ciudadana, Antonio Ortolá, expresó su satisfacción con el nuevo proyecto de Zona de Bajas Emisiones, ya que cumplía con el compromiso de su programa de no restringir el tráfico en los 745,000 metros cuadrados propuestos por el gobierno anterior. Además, destacó la rapidez con la que se llevó a cabo el rediseño, lo que refleja la «eficiencia del gobierno».
NUEVA VERSIÓN DEL PROYECTO
El concejal de Servicios Públicos, Sergio Toledo, destacó que el proyecto original implicaba la eliminación de más de 360 plazas de estacionamiento en las calles del centro, pero se logró recuperar un total de 219 plazas. Además, se aumentaron las áreas verdes en un 5%, se incrementaron los espacios con sombra en un 195%, se plantaron un 12% más de árboles y se instalaron un 53% más de jardineras en comparación con el proyecto original. Según sus palabras,
Con todo esto, conseguimos una zona más verde y con más estacionamiento, que era la principal preocupación de los vecinos.
Toledo también mencionó medidas para mejorar la calidad acústica de las calles, como la instalación de más de 6,000 metros cuadrados de pavimento fonoabsorbente y 19,444 metros cuadrados de pavimento fotocatalítico que reduce la contaminación.
Para facilitar la movilidad hacia el centro de la ciudad, se establecerán estacionamientos disuasorios con tarifas simbólicas, desde donde los residentes podrán desplazarse al centro fácilmente utilizando autobuses o el TRAM con boleto gratuito.
Además, se han llegado a acuerdos con estacionamientos para ofrecer abonos un 40% más baratos que los abonos normales a los residentes en las zonas residenciales donde se perderán plazas de estacionamiento. Las plazas recuperadas se designarán como «zona verde» y serán áreas de estacionamiento gratuito reservado para los residentes, manteniendo las plazas de carga y descarga de movilidad reducida.
Una de las novedades clave en términos de tráfico vial es que la calle Herrero se reducirá a un carril para ampliar las aceras y aumentar la vegetación, pero conservará dos carriles de tráfico rodado a la altura del Teatro Principal. La calle Navarra seguirá abierta al tráfico y mantendrá sus dos líneas de estacionamiento. La calle Asensi se convertirá en una vía de un carril para mejorar las aceras y aumentar la vegetación, y la plaza Clavé mantendrá la circulación en ambos sentidos.
Todas las áreas de actuación verán una ampliación de las aceras para cumplir con las normativas de accesibilidad y movilidad, garantizando la accesibilidad para personas con movilidad reducida. Además, se realizará una evaluación del estado de los servicios públicos subterráneos, como alcantarillado y desagües, y se renovarán aquellos tramos que presenten problemas en la actualidad.
La iniciativa también incluye un aumento del mobiliario urbano, en particular la instalación de bancos y papeleras que cumplirán con las normas de accesibilidad y contarán con respaldo y reposabrazos, en respuesta a las solicitudes de los residentes.
Es importante destacar que el proyecto propuesto por el equipo de gobierno de Castellón no busca liberalizar el tráfico, sino más bien conciliar la normativa europea de obligado cumplimiento con la mejora de la calidad de vida y de los espacios públicos destinados a los ciudadanos, al tiempo que se mantiene el enfoque en la reducción del tráfico de vehículos.