Durante los meses de mayo y junio de 1968, tuvieron lugar en Europa, principalmente en Francia, lo que pasó a la Historia con el nombre de “Mayo Francés”. En principio fueron los estudiantes (debidamente aleccionados por movimientos marxistas y comunistas), los que lo iniciaron. Se declararon contrarios a la sociedad de consumo, el capitalismo, el...
Durante los meses de mayo y junio de 1968, tuvieron lugar en Europa, principalmente en Francia, lo que pasó a la Historia con el nombre de “Mayo Francés”. En principio fueron los estudiantes (debidamente aleccionados por movimientos marxistas y comunistas), los que lo iniciaron. Se declararon contrarios a la sociedad de consumo, el capitalismo, el imperialismo y el autoritarismo.
Posteriormente, y bien empujados por los sindicatos, se unieron los, llamados por la izquierda, obreros y, cómo no, el Partido Comunista Francés. Una vez que el presidente De Gaulle anunció elecciones, todo se acabó, el PCF, había conseguido su objetivo, aunque en las elecciones los comunistas franceses no pasaron de 34 escaños, mientras que el partido de Georges Pompidou, UDR situado en la derecha, consiguió un triunfo arrollador con un total de 354 escaños. Tanto follón, para esto.
Pero, habían conseguido algo que, curiosamente en España, daría sus frutos 52 años más tarde, con la llegada al poder del propietario de la “dacha” de Galapagar que ha desarrollado, paso a paso el manual de asalto al cielo monclovita, instalando sus matonescas y chulescas maneras, con el beneplácito del peor Presidente en España, desde la época de la ocupación romana de Hispania.
Desde entonces, y siguiendo las consignas del filósofo marxista Antonio Gramsci y su manual, se han inoculado en todos los ámbitos de la sociedad española, imponiendo, lo que ellos llaman, su superioridad moral, y todo ello bajo la cobardía extrema de la timorata derecha, que ha renunciado a dar la batalla cultural, convirtiéndose en un cómplice acomplejado.
Sólo tenemos que ver el papel que ha desempeñado la derecha en España en todos estos años de democracia. Su misión, la única, ha consistido en cada algún espacio de tiempo solucionar los asaltos económicos a las arcas públicas, perpetrados por los socialistas para, una vez hecho, volver a perder el poder, como si se tratara del guion de una obra escrita por cualquier filósofo marxista.
Eso sí, cuando, recordemos por ejemplo a Mariano Rajoy, cuya afición consistió, en un día nefasto para la historia de nuestro país, en refugiarse o esconderse frente a una mesa bien surtida de viandas y bebidas, huyendo de sus responsabilidades.
Hizo lo que estuvo haciendo durante su mandato. Con una mayoría absoluta no derogó ni una sola de las leyes liberticidas que nos acechaban y se rio, a la cara, de todos y cada uno de los españoles, para mayor regocijo de los “Picapiedra”.
Y mientras tanto, el camino hacia la destrucción de España, o bien su disolución en un maremágnum de entes regionales, o locales de zonas de nuestro país, nos llevarán, con el aplauso de los comunistas (socialistas incluidos) a dilapidar nuestra historia, nuestros valores, nuestras convicciones y nuestras familias.
No se equivoquen, ahora tenemos una prueba palpable de todo esto, y la hemos descubierto gracias al “miedo” que nos han metido en el cuerpo de todos los españoles, la banda de delincuentes y sinvergüenzas que nos rodean. Una sucesión de errores en cadena, no pueden ser casuales, todo se debe a una planificación criminal.
Es imposible que alguien cometa errores continuos como el gobierno en esta pandemia: ocultar las cifras de muertos, dar cada día unas cifras distintas, comprar material defectuoso, comprar material caro, comprar a empresas desconocidas y sin domicilio fiscal, defenestrar a la cúpula de la Guardia Civil, instaurar una férrea censura……….
Todo ello no es, ni más ni menos, que un plan preconcebido y diseñado por gente sin escrúpulos cuyo único fin es acabar con España y, sobre todo, instaurar un régimen comunista que borre, de un plumazo, cualquier atisbo de los valores que han sido santo y seña de la civilización occidental a lo largo de los siglos.
Volviendo a Gramsci, recordemos es frase suya tan premonitoria “Dadnos la educación y todo lo demás vendrá por añadido”. Por eso su lucha por conseguir que, desde los primeros pasos de la vida de un niño, éste se vea tutelado por el Papá Estado.
Y no olvidemos el afán de nacionalizar cualquier empresa o iniciativa privada. Sólo buscan el poder omnipresente del Estado Comunista para acabar con cualquier espacio de libertad.
Su obsesión es el enfrentar a la sociedad, sobre todo a cualquier iniciativa de los individuos libres que, por cierto, son los que, con sus impuestos, han logrado llevar a, incluso a ellos, las más altas cotas de bienestar.
Todo lo quieren público, igualitario, sostenible, vegano, …… mientras que la “clase media” que ha sido sobre la cual se han apoyado para ser libres, la van a convertir en “clase baja”, ya que ese es el objetivo de los “paraísos comunistas”. Que se componen de una mínima clase oligárquica dominante “modelo Galapagar” y una mayoritaria clase “pobre” y amamantada por el Estado.
Acabo con una frase que escuché hace poco “El comunismo perdió en el Este de Europa, cuando conquistó el Occidente”.
Que no suceda aquí, aún estamos a tiempo de lograrlo, pero para ello hay que luchar.
VIVA ESPAÑA