ASCER considera urgente el apoyo europeo para sobrevivir a la crisis.

ASCER considera urgente el apoyo europeo para sobrevivir a la crisis.

Las medidas de liquidez serán insuficientes sin la intervención de Europa.

España puede salir reforzada de esta crisis si se toman las medidas oportunas.

El clúster cerámico viene reclamando liquidez desde el principio de esta crisis. Una liquidez amplia y directa que permita a las empresas acometer las medidas necesarias para sobrevivir los momentos más duros y organizar el duro tránsito que tendrán que atravesar los próximos meses tras la vuelta a la actividad regular con caídas de demanda como nunca se han visto.

Ese tránsito se adivinaba realmente complicado y la intervención conjunta de los Ministerios de Economía y Trabajo ha puesto de manifiesto que lo peor, económicamente, está por llegar. Las previsiones del Gobierno auguran que el derrumbe de la economía pasará del 9% y se alcanzará una tasa de paro del 19%, y las previsiones del gobierno pueden quedarse cortas.

En este contexto, es vital que la liquidez llegue a las empresas de forma directa. ASCER entiende que hay una diferencia notable entre una inyección de liquidez directa a las empresas y una política de avales dónde son las empresas las que se endeudan a través de mecanismos lentos y poco operativos.

La situación de liquidez es grave en el sector, pero lo va a ser mucho más grave en el conjunto de la economía nacional, desde ASCER se ha trasladado a las autoridades la necesidad de que el gobierno asuma su papel como garante de la economía y los empleos del país ofreciendo en primer lugar aportes económicos de urgencia, a fondo perdido, a las empresas para atender salarios, pagos a proveedores y compromisos inmediatos de forma que la economía no colapse por falta de pago generalizada.

En la misma línea es preciso que se instrumenten créditos blandos, a muy largo plazo y en condiciones concesionales, con tipos cercanos a cero y con años de carencia que permitirían a las empresas encarar los años posteriores al primer impacto con una planificación financiera relativamente estable.

Al mismo tiempo, será necesario el aval del gobierno para solicitar financiación: los 100.000 millones serían sólo el comienzo de un apoyo que tiene que llegar rápidamente y no por fases como está pasando ahora, y que nos impide realizar una buena planificación. No hay más que ver los compromisos de nuestros principales destinos como Alemania, Estados Unidos o Francia donde la inyección de capital ha sido directa, sin contraparte y mucho más abundante.

En el caso de Alemania, por ejemplo, esto es así por su capacidad para endeudarse, su deuda pública se sitúa en torno al 60% sobre el PIB lo que le da un amplio margen para endeudarse y acometer medidas de apoyo directo a sus empresas. No es nuestro caso. La deuda pública española se sitúa en torno al 100% de su PIB y nuestra capacidad para atender al dinero prestado no deja de ponerse en entredicho. Esto deja muy poco margen al Gobierno para llevar a cabo medidas que garanticen una autonomía financiera por lo que, si realmente se quiere inyectar liquidez a las empresas de forma directa, la única vía para España es aceptar las condiciones que llegan de Europa y comprometerse con el cumplimiento de los indicadores en los próximos años.

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La única opción que tiene España es mirar a largo plazo y valorar que el precio de pasar por la supervisión europea puede ser la alternativa si con ello no sólo se salva el tejido empresarial español y millones de empleos, sino que se sientan las bases para realizar los cambios estructurales necesarios que nos permitan contar con una economía más sólida y estable. La tan necesaria reforma de calado que necesita la economía española podría devolver a la industria un papel protagonista cercano al 20%, en la línea con los objetivos marcados por la Unión Europea.

España tiene la oportunidad de salir reforzada de esta crisis, con el apoyo de Europa y nuestra capacidad industrial, nuestra productividad y la experiencia de nuestro personal; España tiene la oportunidad de erigirse en un foco industrial europeo, no sólo a nivel cerámico, sino también químico, textil, calzado, agroindustrial, automovilístico, y otros muchos sectores que pueden aprovechar esta situación para ganar una posición predominante en el panorama industrial europeo. Mas si cabe en el sector cerámico, considerando que las principales palancas de desarrollo europeo se encuentran bien implantadas en nuestras empresas, en términos de digitalización e industria 4.0 ámbitos en los que el clúster viene haciendo importantes inversiones en los últimos años y en términos de sostenibilidad y eficiencia energética, ámbitos en los que el sector es un modelo en relación con su competencia internacional.

Como viene siendo habitual desde ASCER se quiere reconocer el gran trabajo realizado por todos los profesionales que están en la primera línea desde el primer momento y hace extensiva la necesidad de liquidez y recursos para todos ellos para continuar prestando sus servicios en beneficio de toda la sociedad.