Aguado: "Dejar poda seca seis meses es un polvorín, es peor el remedio que la enfermedad al generar más incendios de los que se quieren evitar".
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) critica la decisión de la Generalitat de prohibir sin excepciones las quemas agrícolas hasta el 16 de octubre. Según su presidente, Cristóbal Aguado, «dejar los restos de poda secándose durante seis meses aumenta el riesgo de incendios».
Esta medida podría provocar más fuegos en el medio rural de los que se intenta prevenir.
Lo más preocupante para el sector agrario es que la prohibición no distingue entre campos cercanos a zonas forestales y aquellos que no lo están, donde el riesgo de incendio es menor. Tampoco se incluyen medidas preventivas, como obtener permisos municipales o disponer de tanques de agua, para realizar quemas de forma segura.
En esta etapa del año, el sector agrario está ocupado con la poda de cultivos leñosos y la extracción de árboles para renovar las explotaciones. Estas tareas, esenciales en este momento para seguir el ciclo natural de las plantaciones, generan una gran cantidad de restos vegetales que pueden convertirse en criaderos de plagas y enfermedades, además de representar un riesgo de incendio debido a la acumulación de biomasa.
Por ello, la AVA-ASAJA hace un llamado al gobierno valenciano para que considere la posibilidad de autorizar quemas agrícolas bajo condiciones de seguridad, especialmente en momentos en que las condiciones climáticas sean menos riesgosas. Además, solicita un plan integral para subsidiar la adquisición de trituradoras tanto a nivel individual como colectivo. Aunque muchos agricultores valencianos ya utilizan trituradoras para gestionar los restos de poda, hay quienes aún recurren a la quema, especialmente en parcelas de difícil acceso para la maquinaria, ya sea debido al diseño de plantación o a la topografía del terreno.
En referencia al reciente incendio en Tàrbena, que tuvo su origen en campos abandonados, Aguado destaca que han estado advirtiendo durante muchos años tanto a los líderes políticos como a la sociedad en general sobre la importancia de mantener los campos cultivados, ya que actúan como un bosque verde que no arde.
Mientras que los terrenos abandonados aceleran la propagación del fuego, los cultivados frenan su avance y proporcionan una zona segura para los bomberos. La falta de políticas que garanticen una rentabilidad adecuada en la agricultura ha contribuido a esta situación preocupante.
En la misma línea, la AVA-ASAJA hace un llamamiento a las diferentes administraciones para que mejoren la limpieza de los barrancos y áreas forestales de propiedad pública, ya que la acumulación de biomasa en estos lugares aumenta tanto la frecuencia como la gravedad de los incendios.