Baile de números

Baile de números

El intento de manipulación de nuestra intención de voto se está convirtiendo, además de en pesado por lo reiterativo, en inmoral. Se está llegando a utilizar dinero público para propaganda electoral falseando encuestas que no se cree ni el que las ha confeccionado y manipulado. Eso, tiene un nombre tipificado en nuestro Código Penal. Al...

El intento de manipulación de nuestra intención de voto se está convirtiendo, además de en pesado por lo reiterativo, en inmoral.

Se está llegando a utilizar dinero público para propaganda electoral falseando encuestas que no se cree ni el que las ha confeccionado y manipulado. Eso, tiene un nombre tipificado en nuestro Código Penal.

Al margen de esta reseñable circunstancia, las encuestas parece están hechas para mentes poco desarrolladas ya que algunas admiten que no pasan de 1.500 los encuestados y que para más inri uno de cada cuatro no tiene decidido a quien va a votar.

Nadie duda de la victoria del PSOE. ¿Será porque es cierto o porque nos lo han vendido a diario en todos y cada uno de los medios adictos al “régimen”?

Nos quieren convencer de que PP y Cs están “a la baja” y a mí no me salen las cuentas ya que si tanto el partido de Pablo Casado como el de Albert Rivera están perdiendo fuelle la victoria socialista debiera ser aún más amplia que la vaticinada por el “cocinero” Tezanos, a no ser que el miedo haga que los árboles no nos dejen ver el bosque y sean ciertos los pronósticos de Libertad Digital que dan a VOX una cifra de escaños cercana, o incluso superior, a los 70 diputados. Eso sí sería una auténtica revolución en la derecha española.

En lo que sí todo el mundo coincide, ya veremos a ver qué hay de cierto, es en el desplome de Podemos, parece que al “Marqués de Galapagar” ya no le aguantan ni los suyos.

Lo más triste, de momento, es que topo apunta a que serían necesarios traidores, asesinos confesos, antiespañoles  y sectarios para formar Gobierno, es decir, contar para gobernar España con aquellos que serían felices con su destrucción.

Mientras llega el día, nos venden que el 40% de los españoles aún no ha decidido a quien va a votar. De ilusión también se vive pero no se lo crean, este no ha sido nunca un país de indecisos.