La portavoz del PP en el Municipio de Castellón, Begoña Carrasco, muestra su apoyo y el de su conjunto a los comerciantes y a los hosteleros que han comenzado una campaña de recogida de firmas para inmovilizar el proyecto.
Según los populares se trata del «proyecto de Amparo Marco» que persigue cerrar más calles de acceso al centro de la ciudad. Una medida que acarrea la instalación de más cámaras como las que ya sancionan, a razón de ochenta euros, en el centro. Asevera Carrasco, que añade además,
No deseamos una urbe fallecida, sin comercios ni restauración. Por eso, hemos firmado, al lado de mil personas que lo han hecho ya, contra el proyecto del gobierno municipal conocido como ‘Castellón Central’, que cerrará al tráfico más calles del centro en el peor instante de crisis, justo cuando los establecimientos y empresas de servicios tratan de coger aire. Si Europa demanda reducir emisiones de CO2, hay que examinar todas y cada una de las opciones, el ‘Castellón Central’ no es la mejor a la vista de la pérdidas que presagia el comercio local.
Explica la portavoz del PP, Begoña Carrasco.
Este ‘proyecto estrella’ del tripartito –conforme dice Carrasco– se aúna a los inconvenientes que arrastran los establecimientos situados en el corazón de la urbe, como la complejidad, poco a poco más, para acceder a él, la carencia de iluminación o la carencia de limpieza. La Zona de Bajas Emisiones (ZBE) rebautizada como ‘Castellón Central’, contempla setecientos cuarenta y cinco mil metros cuadrados de superficie perimetrada por las rondas Mijares y Magdalena, por el Oeste; Cerdán de Tallada, por el Norte; por Sant Roc, Sant Félix, Gobernador y Casalduch, por el Este y por Orfebres Santalínea, por el Sur.
En lugar de impulsar proyectos que faciliten la movilidad y el acceso al centro, como venimos planteando desde el PP, el gobierno de Castellón apuesta por cerrar al tráfico un setenta y cinco por ciento del núcleo urbano, algo que va contra las necesidades que ahora en esta situación de crisis tiene el comercio local.
Insiste. Y añade: “No es el instante de más cierres de calles, como ya han hecho en la avenida de Lidón, con un costo de tres con tres millones y contra una mayoría social. Recordemos, además de esto, que Europa está examinando con lupa esta reforma que cuenta con financiación europea. Y como el equipo de gobierno va a hacer con las obras de la plaza la Paz, próximas a los novecientos mil euros. Lo que toca es oír a los castellonenses, respetar la participación ciudadana y asistirles a superar la crisis”.
Carrasco ya planteó en el mes de enero destinar los prácticamente novecientos mil euros que cuesta la obra de la plaza la Paz a realizar un plan de movilidad que mejore y facilite el acceso al centro; a arrancar un transporte ecológico y gratis que deje aproximar a la gente al centro; a campañas de aparcamiento sin costo en parkings; a acrecentar los bonos comerciales; a quitar el sistema sancionador de cámaras; a la mejora de la iluminación y limpieza; a un plan de embellecimiento con ayudas para la restauración de fachadas, entre otras muchas medidas que revitalicen el casco viejo, “haciéndolo más alcanzable y atractivo”.
El pasado veintiuno de junio, a lo largo de la celebración del Consejo de Comercio, órgano consultivo del que forman parte las asociaciones de comerciantes, entre otros muchos representantes del ámbito, ya quedó clara la oposición de estos al ‘Castellón Central’. Entonces manifestaron –conforme Carrasco– que las necesidades prioritarias y urgentes del comercio local son otras muy, muy diferentes. El ámbito demandó ayudas para no echar el cierre, recobrar clientes del servicio, reactivar la economía y no dejar fallecer al centro.