Buenas noticias con las reservas de agua subterránea del Suroeste de Europa

Buenas noticias con las reservas de agua subterránea del Suroeste de Europa

El suroeste de Europa ofrece importantes lecciones sobre la gestión de aguas subterráneas que pueden aplicarse en otras regiones del mundo.

 

Los niveles de agua subterránea no están disminuyendo de manera uniforme en todas partes, como se pensaba anteriormente, sino que la reducción se concentra principalmente en las regiones semiáridas con agricultura intensiva y sequías recurrentes.

Este hallazgo, inesperado para muchos, es el resultado de un reciente estudio publicado en Communications Earth & Environment, una revista de la renombrada editorial científica Nature. El estudio contó con la participación de Jaime Gómez, responsable del grupo de Hidrogeología del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de la Universitat Politècnica de València (UPV).

El agua subterránea es crucial para la salud de los ecosistemas, la agricultura y el suministro de agua potable. No obstante, el cambio climático y las presiones humanas pueden poner en riesgo su disponibilidad, particularmente en el suroeste de Europa.

Un equipo de investigación internacional, coordinado por el Centro Helmholtz para la Investigación Ambiental (UFZ) e incluyendo a Jaime Gómez, analizó datos históricos de más de 12.000 pozos en Portugal, España, Francia e Italia. El estudio revela que,

Contrariamente a la creencia generalizada, los niveles de agua subterránea no están disminuyendo en todas partes, sino que la reducción se observa principalmente en regiones semiáridas con alta actividad agrícola y sequías frecuentes.

Además, se han identificado descensos en regiones templadas asociadas a grandes áreas urbanas. Los investigadores concluyen que, con una gestión adecuada, es posible utilizar las aguas subterráneas de manera sostenible.

Existe una creencia generalizada de que los niveles de agua subterránea están en constante disminución en todo el suroeste de Europa. Sin embargo, un análisis más detallado de los datos revela una situación más compleja, donde cada caso depende del contexto y la realidad socioeconómica regional.

Explica el hidrólogo del UFZ, Dr. Seifeddine Jomaa, autor del estudio.

El análisis de datos entre 1960 y 2020 muestra que el 68% de los pozos estudiados han mantenido niveles estables durante las últimas tres décadas, el 20% ha mostrado un aumento en los niveles de agua subterránea, y solo el 12% ha experimentado una disminución.

«Para evitar generalizaciones, es necesario realizar un análisis detallado a nivel local de las aguas subterráneas», afirma Seifeddine Jomaa. Los niveles estables de agua subterránea se encuentran principalmente en regiones con clima mesotérmico y altas precipitaciones durante todo el año, como el norte de Francia.

En estas áreas, las altas tasas de recarga ayudan a mantener los niveles de agua subterránea casi constantes.

Agrega Rafael Chávez García Silva, primer autor y también hidrólogo del UFZ.

CUENCA DEL RÍO PO

En áreas como la cuenca baja del río Po, cerca de Rávena, los niveles de agua subterránea están en aumento debido a factores tanto naturales como antropogénicos, así como al hundimiento de la tierra. Esta situación ha llevado a la necesidad de drenar las aguas superficiales y bombear las aguas subterráneas para evitar inundaciones.

En contraste, en regiones semiáridas como Tarbes en Francia y Medina del Campo en España, los niveles de agua subterránea han ido disminuyendo durante décadas. Este descenso se atribuye en parte a la reducción de las precipitaciones y a las elevadas temperaturas asociadas con el cambio climático, además de la presión ejercida por la agricultura intensiva.

Estos cuatro países mediterráneos son responsables de una gran parte de la producción de frutas, verduras y cereales en la Unión Europea, y las aguas subterráneas suministran entre el 30% y el 50% del riego.

Señala Seifeddine Jomaa. En las regiones templadas, los investigadores también encontraron pozos con niveles de agua subterránea en declive, debido a la cercanía a áreas urbanas e industriales.

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«Desde la década de 1960, por ejemplo, los niveles de agua subterránea en áreas metropolitanas de ciudades como Lyon, Niza, Módena y Burdeos han ido disminuyendo. En Burdeos, la novena ciudad más grande de Francia, el elevado consumo de agua subterránea se debe al aumento del uso doméstico. En Béziers, un popular destino turístico en Francia, la extracción de agua subterránea ha aumentado significativamente para abastecer a los turistas durante el verano, lo que ha causado una notable disminución en los niveles de agua», explican los autores.

A pesar de las dificultades para frenar la disminución de las aguas subterráneas en zonas urbanas e industriales, los investigadores han identificado estrategias de gestión efectivas en regiones agrícolas semiáridas que han llevado a la recuperación de los niveles de agua subterránea. Un ejemplo de esto es La Mancha Oriental en España.

«Hasta la década de 1990, los niveles de agua subterránea estaban en declive debido al riego excesivo, lo que llevó a que tramos del río Júcar se secaran en 1994 por primera vez en la historia. Este evento crítico motivó a los agricultores a formar una asociación de usuarios de agua con el objetivo de detener la disminución de los niveles de agua subterránea mediante una combinación de monitoreo, teledetección y planes de uso del agua específicos.

Estas acciones han revertido efectivamente la tendencia de descenso de los niveles de agua subterránea en la región», afirma J. Jaime Gómez-Hernández, coautor del estudio y catedrático en Ingeniería Hidráulica de la UPV e investigador del IIAMA.

CAMBIO CLIMÁTICO

En el contexto del cambio climático, el suroeste de Europa ofrece valiosas lecciones para la gestión de las aguas subterráneas en otras partes del mundo, especialmente a medida que aumenta la demanda de este recurso y la recarga de los acuíferos se ve afectada por el cambio climático.

«Alemania podría sacar provecho de la experiencia adquirida en el suroeste de Europa sobre cómo optimizar el uso de las aguas subterráneas. Esto incluye la identificación de los métodos de riego más efectivos, la mejora en la participación de las partes interesadas y la prevención de errores futuros», señala Seifeddine Jomaa.

Este estudio ha contado con el apoyo de los proyectos InTheMED y OurMED, los cuales forman parte del Programa PRIMA (Asociación para la Investigación y la Innovación en el Área Mediterránea), financiado por el programa Horizonte 2020 de la Unión Europea.