Este martes por la mañana han cargado los camiones de tomates que recorrerán este miércoles las calles de Buñol para ser lanzados entre la multitud.
La localidad valenciana de Buñol celebra hoy la septuagésima séptima edición de su famosa Tomatina, una tradicional «batalla campal» con tomates que espera reunir a más de 20.000 personas. Este año, como novedad, se ofrece una entrada VIP por 500 euros, que permite disfrutar la fiesta desde los camiones que lanzan los tomates.
El ayuntamiento anticipa una jornada de «lleno total» en su fiesta más emblemática a nivel internacional, destacando el entusiasmo con el que se espera la celebración. «Tenemos muchas ganas, pero también mucho respeto, ya que habrá una gran cantidad de personas en el recorrido, y este año contaremos con siete camiones. Esperamos que la fiesta se desarrolle con total normalidad y que a las dos de la tarde podamos empezar a limpiar, asegurándonos de que todos terminen el día felices», ha declarado el concejal de la Tomatina de Buñol, Sergio Galarza.
A partir de las 12 del mediodía, los camiones cargados con esta singular munición recorrerán la calle principal del pueblo, lanzando 150.000 kilos de tomates de la variedad pera, blandos y maduros, no aptos para el consumo pero perfectos para ser utilizados como proyectiles. Estos tomates son proporcionados por la empresa Frutas y Verduras Massanasa de Silla (Valencia).
La empresa Frutas y Verduras Massanassa, situada en Silla, ha sido la responsable de suministrar este año los 150.000 kilos de tomates utilizados en la tradicional batalla. Estos tomates, especialmente cultivados para la Tomatina, no son aptos para el consumo, según indican desde la empresa.
«Se trata de tomates valencianos de la variedad pera y están bien blanditos», detalló Salvador Ribes, representante de la empresa, en declaraciones a los medios. Además, expresó su orgullo por haber podido aportar este año el sello de la provincia de Valencia a la Tomatina 2024.
Desde primeras horas del día, el ambiente festivo se apodera del pueblo, con música y participantes que, siguiendo la tradición, visten camisetas blancas. Algunos también optan por usar gafas de buceo para protegerse los ojos del ácido de los tomates, mientras esperan con expectación la señal que da inicio a la batalla.
Personas de todas partes del mundo, que han pagado 15 euros por su entrada, se unen a los vecinos del lugar, quienes participan sin costo alguno en esta celebración que comenzó en 1945, impulsada por un grupo de jóvenes, y que con el tiempo se ha convertido en un símbolo de las festividades valencianas. Desde 2002, esta fiesta ha sido reconocida como Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Durante una hora, los tomates serán aplastados y lanzados sin causar daño, mientras cubos de agua y chorros de mangueras desde las fachadas y balcones refrescarán a los participantes, quienes agradecen el alivio en medio de la batalla, que transforma la calle en un río rojizo y pegajoso.
Al finalizar la contienda, el equipo de limpieza se encargará de recoger los restos de tomate, dejando las calles limpias y desinfectadas en pocos minutos, gracias al ácido de los tomates. Así, Buñol quedará lista y expectante para la próxima edición de la Tomatina en 2025.
Fotografía: latomatina.info