Generalitat exigirá el C1 de valenciano a funcionarios de alto rango y el estudiantado no deberá superar un examen específico; va a bastar con aprobar Valenciano.
La Generalitat demandará el nivel C1 de valenciano a los nuevos funcionarios de alto rango (conjuntos A1 y A2) desde dos mil veinticinco, mientras que a lo largo de los dos próximos años va a haber un periodo transitorio en el que van a deber contar con un B2.
Además de esto, se homologará de forma automática la formación en esta lengua al alumnado que termine ESO y Bachillerato, sin precisar efectuar un examen específico: los que aprueben la materia conseguirán un B1 en ESO y un B2 en Bachillerato y los que superen un siete de nota en este último ciclo van a tener reconocido el C1.
Así lo han anunciado en conferencia de prensa las conselleras de Administración y Educación, Gabriela Bravo y Raquel Tamarit, en comparación con requisito lingüístico para el personal funcionario que lleva años pendiente por las negociaciones entre PSPV y Compromís dentro del gobierno del Botànic.
Se trata de dos decretos que van a entrar en vigor a lo largo del primer semestre de dos mil veintitrés y que no afectarán a categorías profesionales como docentes que ya tienen su normativa o al personal sanitario – el valenciano proseguirá como mérito– ni a los funcionarios que ya tienen plaza, mas sí a los interinos que deseen lograrla.
Bravo y Tamarit han protegido este despliegue normativo para asegurar que la ciudadanía pueda elegir de qué manera dirigirse a los funcionarios, dando cumplimiento al Estatut d’Autonomia.
Está en juego el derecho de los valencianos y valencianas a seleccionar la lengua que deseen.
Conforme ha subrayado la titular de Administración,Gabriela Bravo mientras que la titular de Educación,Raquel Tamarit ha asegurado,
La Comunitat Valenciana va a estar así a la altura de otras autonomías con lengua propia como Galicia.
NIVELES DE CAPACITACIÓN
Específicamente, desde dos mil veinticinco se demandará un C1 de valenciano a los conjuntos A1 y A2 (altos funcionarios con estudios universitarios), que se va a reconocer a todo el estudiantado que supere la materia con una calificación media de 7 o superior en los dos cursos de Bachillerato. A los grupos B y C1 se solicitará un B2, que va a ser homologado si aprueban Valenciano en Bachillerato.
Los funcionarios C2 van a deber contar con un nivel B1, que asimismo van a recibir si superan la materia en los 4 cursos de ESO. En los 3 casos, va a tener efectos retroactivos para todos y cada uno de los alumnos y alumnas que hayan acabado sus estudios desde el curso dos mil veintiuno-dos mil veintidós.
Hasta dos mil veinticinco se establecerá un periodo transitorio en el que los funcionarios A1, A2, B y C1 van a deber acreditar un B2 -nivel que van a tener homologado de manera automática si aprueban la materia en Bachillerato-, mientras que a los del grupo C2 se les demandará del mismo modo un B1 que conseguirán superando Valenciano en la ESO.
Esta formación afecta a las convocatorias de oposiciones de la administración y los organismos públicos autonómicos, los consorcios adscritos a la Generalitat, los consistorios y el personal no docente de las universidades públicas de la Comunitat. Las oposiciones que se convoquen, una vez publicado el decreto, ya contemplarán el requisito lingüístico en todas y cada categoría.
HOMOLOGACIÓN
En paralelo, la Conselleria de Educación publicará en la primera mitad de dos mil veintitrés el decreto que regulará la homologación lingüística con los estudios, algo que ya preveía el programa de educación plurilingüe. La meta es que el alumnado cuente con un B1 al terminar la ESO y con un B2 al superar Bachillerato.
La homologación va a tener carácter retroactivo para los y las estudiantes de años precedentes que hayan cursado valenciano, unas acreditaciones que van a poder pedir mediante la Junta Qualificadora de Coneixements de Valencià. En el caso de Bachillerato, el estudiantado que supere Valenciano con cuando menos un siete de nota en los dos cursos va a contar con un C1 de valenciano, con carácter retroactivo desde dos mil veintiuno-dos mil veintidós.
A preguntas de los periodistas, Bravo ha garantizado que «no va a ser preciso efectuar otro examen» para acceder a la administración y ha hecho hincapié en que el requisito no afectará ni a los docentes ni a los sanitarios por el hecho de que tienen su regulación concreta propia. «Se trata de poner el valenciano al mismo nivel del castellano (…) Es lógico», ha afirmado, y ha rechazado que esto suponga «endurecer» el requisito.
Asimismo ha asegurado que «de ningún modo puede dañar» esta formación al personal funcionario que ya tienen plaza en la administración, ya que el valenciano no era un requisito cuando accedieron. Eso sí, ha puntualizado que los interinos que deseen concurrir a un puesto van a deber cumplir con la regla actual en el instante de la oposición.
DE APLICACIÓN EN ZONAS CASTELLANOPARLANTES
Tamarit, por su lado, ha justificado la necesidad de un «tiempo transitorio» para realizar la homologación y ha confirmado que va a ser de aplicación para las zonas castellanohablantes, si bien ha remarcado que la exención del valenciano es «muy residual». Conforme ha apuntado, en Primaria es del 0,2 por ciento, en la ESO entre un 1,1 y un 3,2 por ciento y en Bachillerato del 8,4 por ciento .
Es lógico que en una comunidad políglota se demande el conocimiento de los dos idiomas.
Ha destacado la responsable de Educación, Raquel Tamarit quien ha agradecido a Bravo su «predisposición para llegar a un pacto» y ha festejado que este es «un día muy singular en el que se ha probado que acordar es la política útil«.
Tamarit, ha descartado además que esto suponga un impedimento de acceso para trabajadores de otras autonomías, ya que ha garantizado,
Se escogerá a los mejores. ¿Por qué debemos pensar que esos no son los que saben valenciano?
Se ha preguntado, y se ha marcado como objetivo llegar a «vehicular al cincuenta por ciento» las dos lenguas oficiales para no tener que solicitar el valenciano como requisito.