La República Democrática del Congo se enfrenta a la epidemia de ébola más mortífera desde la que asoló el país en 2013.
En esta ocasión de los 2.522 casos detectados hasta la fecha, alrededor de 1.715 han terminado en muerte. Una de las mayores dificultades en el control y contención radica en que el epicentro del brote se encuentra en la zona de Beni, asolada desde hace más de 20 años por un conflicto armado que ha deteriorado, entre otras cosas, todas las infraestructuras sanitarias y de comunicación de la zona.
Respuesta a la emergencia de Cáritas R.D. Congo
La respuesta a esta emergencia, que cuenta con el apoyo de otras Cáritas nacionales entre ellas Cáritas Española, se centra en la Diócesis de Butembo-Beni (provincias de Kivu Norte e Ituri) y en la Diócesis de Goma. El plan de respuesta incluye:
Trabajo con las comunidades locales para que apliquen las medidas de prevención en relación a la higiene y saneamiento, tratamiento de cadáveres, respeto de cuarentenas, etc.
Difusión de los riesgos que conlleva el incumplimiento de estas medidas, asistencia a los centros de tratamiento y provisión de víveres a los enfermos.
Supervisar las áreas de salud de los pueblos más afectados y de las zonas circundantes para la detección, puerta a puerta, de nuevos casos entre la población ya afectada o entre los viajeros. Esta última es de particular importancia para evitar que la epidemia se extienda geográficamente.
Para ejecutar este plan cada una de los equipos de Cáritas estará compuesto por entre 5 y 10 personas equipadas con vestuario de protección y material sanitario necesario, se implicará a los líderes comunitarios y a los agentes pastorales para mantener la línea de información y sensibilización a la población.
Cáritas en la República Democrática del Congo insiste en que la llegada de la epidemia a Goma puede significar la extensión a otras provincias y países, así como a Europa, por eso es necesario ampliar las acciones de información y comunicación con el fin de implicar activamente a las poblaciones en la prevención y comunicación de nuevos casos.
Papel fundamental de la iglesia congoleña
La Iglesia goza de una posición privilegiada y clave en la contención de la epidemia, pues hay un rechazo de parte la comunidad hacia el dispositivo de emergencia: el gran desafío es que la población crea en la existencia de la epidemia, y que acepte por tanto la aplicación de medidas que son sumamente invasivas para ello. No hay otro actor de la sociedad civil que llegue donde llega la Iglesia y que tenga la legitimidad que ésta tiene para comunicar de manera efectiva. Y si la población no se implica, el virus seguirá creciendo.
Esa es la razón por la cual Mons. Melquisedec Sikuli Paluku, obispo de Butembo-Beni, ha realizado un llamamiento al sentido de responsabilidad de toda la población (sacerdotes, fieles, agentes de pastoral) y a un “despertar” de la solidaridad y la colaboración con las autoridades sanitarias. “Sobre todo –dice el Mons. Sikuli– evitemos el pánico y el alarmismo exagerados. Respetemos las medidas higiénicas y de limpieza elementales. (…). Limitemos los desplazamientos y respetemos las recomendaciones dadas por el Ministerio de Salud para ayudar a contener la propagación de la enfermedad”.
Cáritas Española
La presencia de Cáritas Española en el país se remonta al año 1994 cuando estalla el conflicto en la región, desde entonces y hasta este momento ha colaborado con la Cáritas local en la atención a las víctimas del conflicto armado: apoyo psicológico, ayuda humanitaria, restablecimiento medios de vida, programas educativos, educación para la paz…
En este momento Cáritas Española, que tiene sobre el terreno a la técnico Alicia Fernández López, ha librado una primera partida económica de 20.000 euros para acometer las primeras acciones de respuesta a la emergencia puestas en marcha por la Cáritas del Congo. Al mismo tiempo abre una campaña de emergencia con el fin de sostener y ampliar estas acciones, por lo que pide el apoyo de toda la sociedad española.
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