Campaña «ruinosa»: La cosecha del cereal cae un 64%

Campaña «ruinosa»: La cosecha del cereal cae un 64%

En la comarca de Els Ports, el cultivo de cereales abarca el 40% de la superficie cultivada.

 

La temporada de cultivo de cereales ha resultado ser extremadamente difícil para los agricultores valencianos, marcándose como la más desfavorable de los últimos 20 años, con una reducción del 64% hasta alcanzar las 17.000 toneladas, según lo revelado hoy por La Unió Llauradora en un comunicado oficial.

En términos generales, la disminución en la producción ha superado el 50% en todas las variedades de cereales, llegando incluso a superar el 80% en avena y triticale. En cuanto a la cebada, que constituye más del 60% de la producción total de cereales, apenas se han cosechado cerca de 11.000 toneladas, lo que resulta en una disminución del 57%. El segundo cultivo en importancia es el trigo, con una producción ligeramente superior a las 4.000 toneladas, pero también sufre una reducción del 57%.

En otras zonas del país donde se producen cereales, se estima que esta temporada ha sido la más desfavorable de los últimos 30 años, con una caída de más del 40% en comparación con la cosecha de 2022. Según La Unió, esta drástica reducción de la producción se debe en gran parte a la persistente sequía, aunque episodios climatológicos desfavorables también han contribuido al empeoramiento de las condiciones de crecimiento de los cereales.

Un ejemplo de esto fue el énfasis de la organización en las lluvias ocurridas a finales de mayo y junio, las cuales llegaron en un momento inoportuno y, lejos de mejorar la situación, propiciaron la proliferación de malas hierbas que impactaron negativamente en la cosecha. Apenas el 10% de la superficie de cereales en la región valenciana cuenta con sistemas de riego, concentrados principalmente en la Vega Baja, lo que ha hecho que los factores climáticos sean de vital importancia en esta situación.

Otro factor que ha influido de manera significativa es la presencia de ataques de fauna salvaje, particularmente por parte de jabalíes, lo cual ha causado un «grave perjuicio» a los productores locales.

De acuerdo con La Unió, los agricultores han expresado que la producción ha sido tan reducida que no resulta rentable realizar la cosecha. Dado que el rendimiento ha sido inferior al 90%, los costos asociados a la recolección superan con creces el valor de lo que se cosecha. Esto ha llevado a una cantidad aún menor de cosecha en términos absolutos en comparación con las expectativas iniciales.

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Al inicio de la temporada, las perspectivas eran alentadoras, lo que llevó a que en la Comunitat Valenciana, a diferencia de años anteriores donde se reducía constantemente la superficie cultivada, esta vez se mantuviera en 25.000 hectáreas e incluso aumentara ligeramente. Este incremento se ha observado principalmente en trigo, con un crecimiento del 12% respecto al año 2022, y en avena, con un aumento del 6%.

La producción de cereales se concentra principalmente en las comarcas interiores. Utiel-Requena, con un 18% de la superficie total cultivada, es la región con mayor extensión, seguida del Valle de Ayora con un 16%, y Alto Vinalopó, Els Ports y La Serranía con un 11%, 10% y 9% respectivamente.

Aunque la producción de cereales en la Comunitat Valenciana representa menos del 1% de la producción a nivel nacional, tiene una relevancia territorial significativa en las comarcas de secano en el interior. Por ejemplo, en la comarca de Els Ports, el cultivo de cereales abarca el 40% de la superficie cultivada, mientras que en el Valle de Ayora, este porcentaje asciende al 27%.

La Unió considera que las ayudas destinadas a mitigar los efectos de la sequía son insuficientes para compensar las pérdidas graves sufridas por los agricultores. Por ello, se plantea la necesidad de implementar políticas que aseguren los ingresos en las zonas más desfavorecidas de la Comunitat Valenciana.

Entre estas medidas se encuentran políticas de seguros agrarios que bonifiquen o ajusten los seguros de rendimiento, así como la posibilidad de asegurar el riesgo de falta de germinación a nivel de parcela, lo cual se vuelve cada vez más esencial.

La actual situación enfatiza la importancia de la solicitud de La Unió de implementar una intervención territorial en el PEPAC y en las ayudas del Programa de Desarrollo Rural, con el fin de respaldar los cultivos tradicionales de secano de baja rentabilidad (olivar, frutos secos, viñedos y cereales). El objetivo es mantener una actividad económica en áreas con riesgo de despoblamiento. Desde La Unió, se exhorta a que la nueva Conselleria de Agricultura tome debida nota de la campaña desastrosa y tome medidas en consecuencia.