La alcaldesa ha señalado que "la normativa europea que exige la implementación de una zona de bajas emisiones no especifica la extensión que debe tener ni su ubicación precisa".
La alcaldesa de Castellón, Begoña Carrasco, ha enviado una solicitud al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para ampliar el plazo de ejecución de la Zona de Bajas Emisiones por un período de 12 meses, hasta diciembre de 2025. Según el comunicado del Ayuntamiento, esta prórroga se corresponde con el compromiso que la alcaldesa adquirió con los ciudadanos de Castellón antes de asumir su cargo.
Begoña Carrasco ha expresado que su objetivo es seguir transformando Castellón en una ciudad más sostenible y accesible, siempre teniendo en cuenta la opinión de los ciudadanos. Por ello, considera,
Disponer de más tiempo permitirá activar un proceso de participación ciudadana y adoptar medidas para redirigir el proyecto sin perder los fondos provenientes de Europa.
El Ayuntamiento ha presentado varias razones para respaldar la solicitud de prórroga. En primer lugar, menciona la complejidad y magnitud de los expedientes de contratación, lo que ha requerido la evaluación de las ofertas por parte de varios técnicos municipales para asegurar la transparencia en el proceso. Esta situación ha causado retrasos en la evaluación prevista de las propuestas.
Otra causa alegada es la necesidad de adaptar el contrato a las nuevas normativas que han ido surgiendo. Y en tercer lugar, se menciona la celebración de las elecciones municipales el pasado 28 de mayo y el ingreso del nuevo gobierno municipal el 17 de junio. Este gobierno tuvo que estudiar en detalle el proyecto heredado antes de tomar decisiones sobre su continuidad.
En este sentido, la alcaldesa enfatiza,
No comparto el proyecto de la Zona de Bajas Emisiones o Superalmendra, heredado del gobierno anterior, que prevé el cierre al tráfico de 745.000 metros cuadrados de superficie urbana, dejando únicamente las rondas fuera de esta restricción.
REENFOCAR EL PROYECTO
Por ello, la alcaldesa ha enfatizado que desde que asumieron el Ayuntamiento, reorientar el proyecto ha sido una prioridad. Su objetivo es asegurarse de que lo que se supone es beneficioso para la ciudad no perjudique a la mayoría de los vecinos, poniendo en riesgo el comercio local, la hostelería y el bienestar general de aquellos que han expresado su oposición.
En este sentido, la alcaldesa ha señalado que la normativa europea que exige la implementación de una zona de bajas emisiones no especifica la extensión que debe tener ni su ubicación precisa, por lo que están trabajando en encontrar la mejor solución.
Begoña Carrasco, junto con el concejal de urbanismo, Sergio Toledo, y el concejal de movilidad, Cristian Ramírez, mantienen reuniones regulares con la directora de la oficina de planificación y proyección económica, Carmen Vilanova, y los técnicos encargados del proyecto, con el fin de avanzar en una alternativa sin renunciar a la financiación europea.
La alcaldesa resalta que continúan evaluando la calidad del aire y tienen la voluntad de abrir un proceso de participación ciudadana para involucrar a los castellonenses como protagonistas en el diseño del nuevo proyecto. Su objetivo es evitar cualquier decisión que vaya en contra de los intereses de Castellón y asegurar el bienestar de sus ciudadanos.
