Bienestar Social aprueba una convocatoria de ayudas para proyectos destinados a minimizar el impacto económico y social de la pandemia
El Ayuntamiento de Castellón ha aprobado la convocatoria y bases para la concesión de subvenciones destinadas al fomento de proyectos que realicen las asociaciones y entidades prestadoras de servicios sociales que este año irán destinadas a proyectos dirigidos a paliar y minimizar los efectos de la covid-19 en la población. La línea de ayudas convocadas por la Concejalía de Bienestar Social, Dependencia e Infancia, asciende a un total de 210.000 euros.
El concejal del área, José Luis López, ha explicado que la tramitación de esta línea anual de ayudas destinadas al fomento de proyectos por parte de entidades y asociaciones prestadoras de servicios sociales en Castelló se vio suspendida por la declaración del estado de alarma. “Por ello, decidimos redirigir esta convocatoria para destinar las ayudas al fomento de proyectos que contribuyan a minimizar el impacto económico y social que la pandemia está produciendo en las familias y personas en riesgo o situación de vulnerabilidad, así como a lograr que los efectos negativos que la crisis sanitaria ha provocado en los colectivos más vulnerables no se prolonguen en el tiempo y no se cronifiquen”, ha destacado López.
Así, en esta convocatoria se cofinanciarán aquellos proyectos que incorporen actuaciones de carácter social dirigidas a la atención, prevención, contención de las consecuencias derivadas de la pandemia de la covid-19, de las medidas adoptadas por el Estado, las Comunidades Autónomas o las entidades locales para combatirla, con prioridad de aquellos proyectos que se destinen exclusivamente y en su integridad a la atención, prevención, contención y/o rehabilitación social y física de las personas ante la covid-19.
Los objetivos que persigue esta convocatoria son el de minimizar el impacto económico y social de la pandemia sobre familias, infancia y adolescencia, personas en riesgo o situación de vulnerabilidad, personas y familiares de personas con enfermedades crónicas, discapacidad, dependencia y/o envejecimiento, en personas migrantes, refugiadas y asiladas, en las personas sin hogar, así como en las personas pertenecientes a grupos étnicos minoritarios con especiales dificultades.
También, lograr que los efectos negativos de carácter social y económico -como son la desigualdad, la pobreza, la exclusión social, la marginación o cualquier otra forma de discriminación– que la crisis sanitaria está provocando en los colectivos más vulnerables, no adquiera carácter permanente o estructural en el tiempo.