Sueños cumplidos, trabajo constante, disciplina, innovación y amor a la profesión marcan el día a día de la "Chef Montse Peralvarez"
La pandemia, la inflación y los costes energéticos no han podido con la férrea voluntad de superación de la “Chef” Montse Peralvarez.
Su profundo amor por la profesión le ha llevado a superarse a sí misma cuando más en contra soplaban los vientos.
Su cocina trabajada, excelentemente presentada e innovadora, sigue siendo un referente en nuestra ciudad y en nuestra provincia.
A “Chef” Montse Peralvarez tampoco le importa bajar a los sótanos, despreciados por otros, de los menús del día. Eso sí, unos menús espectaculares y con una variedad que sorprende siempre al cliente.
Preguntamos a Montse de dónde saca fuerzas.
R.- El llegar hasta donde he llegado a día de hoy, ha sido desde siempre un sueño para mí, eso sí, todo ello con gran esfuerzo y sacrificio. Es por ello que cada año me proponía mejorar e innovar con algo distinto para lograr la perfección en mi cocina y en mis negocios. La autosuperación y la excelencia han sido siempre el motor que ha derivado en el éxito que hoy he logrado. Asimismo, no me limito a un tipo de comida y público concreto, sino que en todos los negocios que he regentado, he tratado de diversificar al máximo para obtener resultados inigualables. En todos ellos, innové y mejoré cada uno de los platos típicos de cada una de las distintas cocinas a nivel internacional.
Dejando al margen la excelente calidad de los productos con los que trabajas, ¿Cuál crees que es el punto fuerte, lo más destacado de tu cocina?
R.- El punto más fuerte de mi cocina serían los arroces. En una tierra tan magnífica como es la Comunidad Valenciana, donde tenemos a mano unos productos locales tan estupendos, sería un error no ser la mejor en elaborar arroz. La tradición valenciana junto con la vanguardia e innovación que aporto serían la fórmula secreta de la cocina.
¿Cómo influye tu personalidad en tu trabajo? ¿Es tu cocina un reflejo de ti misma?
R.- Me considero una persona muy disciplinada, ordenada y humilde, y esas cualidades, al aplicarlas a una cocina, solo pueden derivar en resultados positivos. Es importante saber delegar, pero también saber intervenir en cualquier momento si la situación lo precisa, hay que saber y poder hacer de todo. Por ello, efectivamente, podría afirmar que mi cocina es un reflejo de mi misma y de los principios y valores que considero básicos y esenciales.
¿Te planteas retos a diario o tus objetivos son más calculados y a más plazo?
R.- En línea con lo comentado anteriormente, cada día trato de mejorar y añadir un punto diferencial a mis platos. Ningún día es igual al otro, la pasión e inspiración por crear son las protagonistas de mí día a día.
¿Te has marcado un objetivo final, o en gastronomía y restauración no hay límite a la imaginación?
R.- Por supuesto, estoy llena de sueños e ilusiones, y confío que algún día se cumplan, estoy segura de ello. Por mi mente pasan miles de ideas a diario, la restauración, la hostelería, el ocio, todo ello es lo que más me llama la atención y no cierro puertas a nuevas oportunidades de negocio.
¿Cómo se convierte una dura profesión ante los fogones en una pasión?
R.- La pasión es el motor que hay detrás de los fogones, y es ella la que genera esas ganas de luchar por mejorar. A pesar de ser un sector muy castigado, y duro, los resultados obtenidos y la satisfacción de los clientes es la mejor motivación posible.
¿Qué influye más en tu cocina, tu interior o tu exterior. Tu espíritu o tu carácter luchador?
R.- Ambas. Una buena imagen es importante pero más importantes son las cualidades de las que uno disponga para plasmarlas en una cocina y en un equipo, eso es vital. Mi espíritu es luchador, persistente, disciplinado, ordenado y ‘autosuperador’, y eso se refleja claramente por dentro y por fuera, en mi, y en mi cocina.
Sabemos que gustas de cuidar tu imagen. ¿Aplicas ese mismo cuidado a tu cocina?
R.- Por supuesto, la imagen es una parte fundamental de la gastronomía. No tan solo debemos quedarnos en el sabor de los platos, que por supuesto supone un gran porcentaje, sino que también debemos detenernos en la presentación de los mismos, ya que una imagen dice más y produce más que mil palabras.