
La malaria es una enfermedad que se transmite a los humanos a través de la picadura de mosquitos infectados.
Científicos de Valencia han identificado moléculas que inhiben una interacción clave del parásito responsable de la malaria, según un estudio publicado en la reconocida revista Journal of the American Chemical Society. El artículo detalla sus progresos en la batalla contra esta enfermedad, que en 2023 impactó a más de 263 millones de personas y provocó cerca de 600.000 fallecimientos a nivel global.
El trabajo está firmado por José Gallego, director del Laboratorio de Bioquímica Estructural de la Universidad Católica de Valencia (UCV), junto a sus colegas de la misma universidad, Saurabh Loharch y Cristina Medina-Trillo, y los investigadores Daniel M. Sedgwick, Pablo Barrio y Santos Fustero, de la Universitat de València.
El estudio se centra en los parásitos del género Plasmodium, causantes de la malaria, una enfermedad transmitida a humanos mediante la picadura de mosquitos infectados, según un comunicado de la UCV.
Para proliferar en el organismo, el parásito requiere un mecanismo molecular que le permite invadir células humanas. Este proceso depende de la interacción entre dos proteínas: la miosina A (MyoA) y la proteína de unión a miosina A (MTIP).
Los investigadores explican,
Bloquear esta interacción podría impedir que el parásito complete su ciclo infeccioso, lo que abriría la puerta al desarrollo de nuevos tratamientos contra la malaria.
Sin embargo, hasta el momento, esta interacción no ha podido ser inhibida con medicamentos. La razón es que «la hélice alfa de MyoA se acopla en una ranura profunda de MTIP, de forma similar a un ‘tornillo en una rosca’, y es demasiado extensa para ser desplazada eficazmente por las moléculas pequeñas habituales en farmacología».
En este escenario, el equipo de la UCV ha descubierto «nuevos compuestos químicos con sustituciones bilaterales» que logran imitar la estructura de la hélice alfa de MyoA.
Estas moléculas han sido diseñadas cuidadosamente para reproducir las interacciones entre MyoA y MTIP, emulando su ajuste estructural y funcional.
Han señalado.
Aunque la investigación está en una «fase inicial», estos hallazgos representan una «estrategia novedosa para abordar enfermedades asociadas a interacciones proteína-proteína», que tradicionalmente se consideran «complejas» o «difíciles de tratar» desde la perspectiva farmacológica.
De acuerdo con la UCV, este avance «no solo brinda esperanza para futuros tratamientos contra la malaria, sino que también podría sentar las bases para nuevos enfoques en el diseño de fármacos dirigidos a otras enfermedades infecciosas o incluso crónicas que dependan de este tipo de interacciones moleculares».
Fotografía portada: Archivo.