Castellón se doblega de nuevo a Valencia. Otra vez, rehenes de Ruzafa. Han decidido que las Gaiatas no sean BIC, y todos calladitos.
Si Bernat Artola, y su «no volem limits estrets d’ambicions massa modestes», y los padres fundadores de las fiestas de la Magdalena en su estructura actual volvieran a la vida, volverían a la tumba desilusionados y rabiosos. Valencia, la madrastra, vocifera que no habrá BIC (Bien de Interés Cultural) y así será desde su concepción fallera frente a la luz liberadora castellonense.
BIC sobre BIC porque la solución dada es declarar BIC al Desfile de Gaiates (ya incluido en el BIC que ostenta la Romería). Todo menos aceptar la monumentalidad de las luminarias magdaleneras. Todo menos frenar el avance de los cayados de luz hacia su inmensidad y grandeza. Todo, menos poner en valor el esfuerzo anual de muchos castellonenses por sacar a la calle obras de arte alegóricas que hablan del resplandor alegórico que convierte la noche en día.
Ese no era el espíritu y las intenciones del excelente dossier que presentó Agustín Mon para declarar BIC a las Gaiatas monumentales, como ya son las Fallas (2012) y las Hogueras de Alicante (2014). Pero, aquí Valencia dicta sentencia y bajamos la cabeza humillados y vencidos por los ‘sabuts’ equivocados. El argumentario para incoar el expediente para el BIC al Desfile de Gaiates (BIC sobre BIC) no deja de ser un listado de alambicadas imprecisione, conceptos equivocados, sustantivos erróneos…Nada que ver con aquella iniciativa de Mon, impecable y solvente, y que lo que hace es, sobre todo, debilitar aún más, la monumentalidad, la grandeza y el sublime reflejo de un pueblo que convierte en claro día la noche del tercer domingo de Cuaresma.
Una exposición de motivos que alambica elementos tan dispares como ‘gaiates al balcó’ (carabasses al balcó); ‘gaiates de má’ (a fer la má), maquetas de Gaiates (como si en Valencia o Alicante no existieran maquetas de fallas u hogueras); Las Caídas (debe referirse al Cristo de las Tres Caídas de la Hermandad de la Esperanza de Triana); los propios sectores gaiaters como compartimentos estancos y cerrados a crear demarcaciones nuevas…En esta nómina de descerebrados axiomas noto a faltar ‘Els Apostols’ o ‘els carros triomfals’. Todo un desatino que demuestra la cobardía de una ciudad frente al ‘cap i casal’. Cobarde la alcaldesa (le pesa su sangre asturiana); cobarde Agustín Mon, que tenía que haber frenado la deriva de una de las mejores ideas no natas de la historia de las fiestas de la Magdalena; cobarde la concejala de Fiestas, que no sabemos a qué clase no fue para negar ahora que las Gaiatas monumentales no pueden ser BIC; cobarde la Gestora de Gaiates, siempre autonegandose a su supremacía histórica en la fiesta; cobarde el Gremio de Artistas Gaiaters, acomplejado ante unas obras que son maravillosas y que tanto trabajo llevan. Cobardes, todos!
Siempre he creído en esa invisible pinza de PP y Compromís (que se creen los más castelloneros del mundo, aunque eso de la Gaiata como monumento nunca lo han llevado bien), frente al PSOE, «que son de la volta a França». Y eso es lo que está pasando, marear la perdiz para adoctrinar al pueblo y convencerlo que las Gaiatas no son un monumento, que no tienen el valor de la grandilocuencia y belleza gigantesca, que solo es algo más en la Magdalena (que no son las mejores fiestas del mundo y si son internacionales es por las Gaiatas).
Aunque yo no caeré en la trampa ideológica y sectaria de arrebatarnos la esencia de nuestros ancestros. Valencia dirá lo que querrá. Yo soy de Castellón y creo en la inmensa monumentalidad y símbolismo de las Gaiatas para mi ciudad y mis fiestas.
Vicente Cornelles
Escritor y periodista